Leccionario Santoral: 2Cor 10, 17─11, 2; Sal 30, 3-4. 6.8. 16-17; Mt 25, 1-13.
Prefacio de la memoria.
LECTURA Núm 24, 2-7. 17
Lectura del libro de los Números.
Cuando el profeta Balaam alzó los ojos y vio a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios vino sobre él y pronunció su poema, diciendo: Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante; oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis, pero con los ojos abiertos. ¡Qué hermosas son tus carpas, Jacob, y tus moradas, Israel! Son como quebradas que se extienden, como jardines junto a un río, como áloes que plantó el Señor, como cedros junto a las aguas. El agua desborda de sus cántaros, su simiente tiene agua en abundancia. Su rey se eleva por encima de Agag y su reino es exaltado. Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca: una estrella se alza desde Jacob, un cetro surge de Israel. Palabra de Dios.
Comentario: Balaam está convencido de que Dios lo impulsa a bendecir a Israel. Antes se le había revelado Dios en sueños, bajo la forma de ángel en el camino, ahora es poseído de su espíritu y contempla el futuro del pueblo. Al comunicar su oráculo, se presenta como el hombre de los ojos cerrados, aludiendo quizá a su anterior ceguera que no le permitía ver al ángel de Dios. Así, declara que su comunicación la recibe interiormente sin auxilio de los sentidos externos sino de lo que transmite la Palabra de Dios.
SALMO Sal 24, 4-9
R. ¡Muéstrame, Señor, tus caminos!
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi salvador. R.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad. R.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.
ALELUIA Sal 84, 8
Aleluia. Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación. Aleluia.
EVANGELIO Mt 21, 23-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?». Jesús les respondió: «Yo también quiero hacerles una pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres?». Ellos se hacían este razonamiento: «Si respondemos: “Del cielo”, Él nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”. Y si decimos: “De los hombres”, debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta». Por eso respondieron a Jesús: «No sabemos». Él, por su parte, les respondió: «Entonces Yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto». Palabra del Señor.
Comentario: Inteligentemente, la pregunta de Jesús acerca del origen del bautismo de Juan incómoda la respuesta de los sacerdotes y ancianos del pueblo, porque sabían perfectamente que el bautismo de Juan tenía un carácter divino. Pero esa respuesta hubiera dado la razón a Jesús y, por eso, alegaron ignorancia, es decir, “no sabemos”. La autoridad que tiene Jesús para instaurar su Reino molesta a las autoridades religiosas, porque los pone en entredicho o en evidencia.