LECTURA Zac 8, 20-23
Lectura de la profecía de Zacarías. Así habla el Señor de los ejércitos: Vendrán asimismo pueblos y habitantes de muchas ciudades. Los habitantes de una ciudad irán a otra, diciendo: «Vamos a apaciguar el rostro del Señor y a buscar al Señor de los ejércitos; yo también quiero ir». Pueblos numerosos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén a buscar al Señor de los ejércitos y a apaciguar el rostro del Señor. Así habla el Señor de los ejércitos: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas que hablan las naciones, tomarán a un judío por el borde de sus vestiduras y le dirán: «Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes». Palabra de Dios.
Comentario: Junto con la restauración de la Alianza se aproximan las promesas de un “cambio”. En efecto, comienza una etapa donde Israel encuentra la forma de fortalecer sus vínculos como también la necesidad de mejorar las relaciones con Dios y con los demás. El esfuerzo denodado del pueblo junto con estas promesas hará que otros quieran volver a Jerusalén por las obras del Señor.
SALMO
R. ¡Dios está con nosotros!
¡Ésta es la Ciudad que fundó el Señor sobre las santas Montañas! Él ama las puertas de Sión más que a todas las moradas de Jacob. Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios. R.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre aquéllos que me conocen; filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella». R.
Así se hablará de Sión: «Éste, y también aquél, han nacido en ella, y el Altísimo en persona la ha fundado». R.
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá: «Éste ha nacido en ella». Y todos cantarán, mientras danzan: «Todas mis fuentes de vida están en ti». R.
ALELUIA Mc 10, 45
Aleluia. El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluia.
EVANGELIO Lc 9, 51-56
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de Él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?». Pero Él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo. Palabra del Señor.
Comentario: El camino hacia Jerusalén realizado por Jesús va mostrando la soledad en la que se encuentra. Sin embargo, esta “soledad” responde a la lógica de Dios y tiene un sentido. En Jesús no reinan los criterios del triunfalismo y la espectacularidad, sino que priman los del servicio, la entrega y el de la renuncia. Él siempre quiso vencer el mal y todo poder desordenado a fuerza de bien. No cabía en su corazón responder el mal a fuerza del propio mal, porque eso genera más muerte.