Por primera vez, los líderes de la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa Oriental y la Comunión Anglicana han advertido conjuntamente de la urgencia de la sostenibilidad medioambiental, su impacto en la pobreza y la importancia de la cooperación global. De este modo, el Papa Francisco, el Patriarca Ecuménico Bartolomé y el Arzobispo Justin Welby instaron a todos a desempeñar su papel en “escoger la vida” para el futuro del planeta.
A través de una declaración conjunta, los líderes cristianos han pedido a las personas que recen por los líderes mundiales antes de la COP26 de noviembre. “Hacemos un llamado a todos, sea cual sea su creencia o visión del mundo, para que se esfuercen por escuchar el clamor de la tierra y de las personas que son pobres, examinando su comportamiento y comprometiéndose a realizar sacrificios significativos por el bien de la tierra que Dios nos ha dado”, manifestaron en el documento. Asimismo, lanzaron una clara advertencia a todos los habitantes del planeta: “Hoy estamos pagando el precio. El clima extremo y las catástrofes naturales de los últimos meses nos revelan de nuevo con gran fuerza y con un gran coste humano que el cambio climático no es sólo un reto futuro, sino una cuestión inmediata y urgente de supervivencia“.
En este escenario, recalcaron la importancia de la cooperación, tal como ha sido demostrado por la crisis sanitaria, medioambiental, alimentaria, económica y social que ha provocado la aparición del Covid-19. “Estas crisis nos plantean una elección. Nos encontramos en una posición única para afrontarlas con miopía y especulación o para aprovecharlas como una oportunidad de conversión y transformación. Si pensamos en la humanidad como una familia y trabajamos juntos hacia un futuro basado en el bien común, podríamos encontrarnos viviendo en un mundo muy diferente. Juntos podemos compartir una visión de la vida en la que todos prosperen. Juntos podemos elegir actuar con amor, justicia y misericordia. Juntos podemos caminar hacia una sociedad más justa y plena con los más vulnerables en el centro“, sostienen.
Los tres líderes cristianos hablaron también contra la injusticia y la desigualdad, afirmando: “Estamos ante una justicia implacable: la pérdida de biodiversidad, la degradación del medio ambiente y el cambio climático son las consecuencias inevitables de nuestras acciones, ya que hemos consumido con avidez más recursos de la Tierra de los que el planeta puede soportar. Pero también nos enfrentamos a una profunda injusticia: las personas que soportan las consecuencias más catastróficas de estos abusos son las más pobres del planeta y las que menos responsabilidad en causarlas“.
En base a todos esos conceptos, la declaración hace un fuerte llamado a los individuos a hacer sacrificios significativos por el bien del planeta, trabajando juntos y asumiendo la responsabilidad de cómo son utilizados los recursos. Asimismo, el documento motiva a los que tienen responsabilidades de largo alcance a elegir beneficios centrados en las personas y a liderar la transición hacia economías justas y sostenibles.
“Todos nosotros, seamos quienes seamos y estemos donde estemos, podemos desempeñar un papel en el cambio de nuestra respuesta colectiva a la amenaza sin precedentes del cambio climático y la degradación del medio ambiente. El cuidado de la creación de Dios es un mandato espiritual que requiere una respuesta de compromiso. Este es un momento crítico. El futuro de nuestros hijos y el de nuestra casa común dependen de ello“, concluyen.