Frente a la histórica plaza del Roto Chileno, en Santiago, los fieles de la parroquia San Saturnino no ocultaron su alegría por volver a encontrarse en el templo. Tras once años y medio cerrada, debido a los graves daños producidos por los terremotos de 1985 y de 2010, las campanas volvieron a sonar el mediodía del domingo 29 de agosto de 2021 en esta iglesia patrimonial.
En el exterior, el Cardenal Arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, recibío simbólicamente las llaves de la parroquia, junto al gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, el párroco de San Saturnino, padre Álvaro Chordi y los coordinadores del consejo pastoral. Tras el rito de apertura, la procesión ingresó al templo para vivir la Eucaristía, cuyos signos plasmaron la identidad comunitaria y multicultural de barrio Yungay.
“CRISTO NOS RESTAURA POR DENTRO”
La Eucaristía unió a más de 50 mil fieles en línea quienes fueron testigos de este importante acontecimiento. En su homilía, monseñor Aós valoró lo hermoso que es reparar las ruinas exteriores, recordando que este templo quedó en ruinas después de dos terremotos. “Hoy, nos alegramos por lo que está pasando. Que ustedes lo disfruten mirándolo y que lo cuiden con esmero”, dijo y aclaró: “la invitación de mirar por dentro. Jesús mira el interior”.
Más adelante, el Arzobispo subrayó que la convivencia también requiere de reparaciones. “Las instituciones y las leyes deben adecuarse para el servicio del bien común, para una mejor convivencia”. No obstante, sostuvo, “los corazones ¿Quién los reparará? ¿Quién reparará el interior de los chilenos? Nosotros confiamos en Jesucristo, que es nuestro salvador, quien perdona nuestros pecados y nos restaura por dentro”.
Luego, monseñor Aós, manifestó que esta parroquia seguirá abierta “para el que todo quiera entre a encontrarse con Jesucristo y que se encuentre con sus hermanos en la fe. Aquí está Jesús, el de la buena esperanza, el de la eucaristía y desde aquí se sale con los ojos abiertos y con las manos dispuestas para proclamar la convivencia social y la vida de los hermanos”.
LA PARROQUIA COMO PROTAGONISTA DEL DESARROLLO SOCIAL Y CULTURAL
Tras la celebración, algunas de las personas que han estado involucradas en la restauración de la parroquia, brindaron algunas intervenciones en que resaltaron el aporte que entrega la parroquia San Saturnino para la vida de las vecinas y vecinos de barrio Yungay, al ser un centro de ayuda y de encuentro para familias, las personas vulnerables y la población migrante, tal como lo realiza Fundación Frè. Este espacio también sirvió para presentar otro proyecto: la Fundación Jesús Buena Esperanza, cuyo objetivo es devolver a la ciudad y al barrio la inversión que se ha hecho.
Padre Álvaro Chordi, párroco de San Saturnino: “La misión de esta comunidad parroquial es anunciar a Cristo, brindar misericordia, involucrarse en la vida del barrio, engendrar y dar vida con ternura, acompañar procesos formativos, festejar la vida y celebrar la fe. Nuestro lema aparece en el muro de la entrada del recinto parroquial: «con un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio». Nuestra parroquia es el barrio”.
Felipe Errázuriz, arquitecto a cargo de las obras de restauración de la parroquia San Saturnino: “El interior del templo, tiene características muy especiales para las iglesias de la zona central, con naves equivalentes, vitrales de gran valor y ricos decorados en sus estructuras que se tuvieron que recuperar. El equipo de la constructora trabajó con mucha dedicación y detalle para poder llegar al día de hoy con este proyecto recuperado y puesto a disposición de la comunidad. Una de las cosas bonitas de la construcción, es que esto se trata de un esfuerzo colectivo. Por eso, en la entrega de las llaves se ha hecho en representación de mucha gente”.
María Pía Silva, abogada, ministra del Tribunal Constitucional, e integrante del Directorio de la Fundación Jesús de la Buena Esperanza: “Lo importante es que vamos recogiendo una actividad que ya lleva desarrollándose desde hace muchos años, pero que se ha ido consolidando en este tiempo. Que la parroquia se inserte en un barrio que tiene mucha vida y la fundación busca especialmente propiciar el conocimiento y devoción de Jesús de la buena esperanza”.
Irací Hassler, alcaldesa de Santiago:“Hoy, reabrimos una parte de la historia de Santiago y de nuestras comunidades. Reabrimos espacios, donde la iglesia es un lugar de encuentro y de inclusión, y que se siga fortaleciendo a lo largo de estos 177 años acompañando a distintas generaciones en el camino de la solidaridad, de la cooperación y la protección a los más excluidos de Santiago”.