Cada 29 de junio, con la solemnidad conjunta de san Pedro y san Pablo, fiesta de la unidad y catolicidad, la Iglesia rememora la figura de estos apóstoles, considerados pilares de la fe cristiana.
Simón de Galilea, luego Pedro, un sencillo pescador, es quien recibe el mandato del mismo Jesús: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (Mt 16,16). Es el primer Papa, quien lidera la naciente Iglesia y mantiene viva la fe. Pasa sus últimos años en Roma, hasta su martirio en el año 64, cuando es crucificado cabeza abajo, a petición suya, por no considerarse digno de morir como Cristo. Es sepultado en el Vaticano y, sobre su tumba, es edificada la Basílica de San Pedro. Su imagen es representada con unas llaves, que simbolizan su autoridad, conferida por Cristo, para permitir el ingreso al Reino de los cielos.
Saulo de Tarso, luego Pablo, es culto, con formación rabínica y conocedor del pensamiento grecolatino. Con su conversión, camino a Damasco, pasa de ser perseguidor a vehemente apóstol. Su misión es fundamental, porque desliga al cristianismo de la ley judía y se encarga de expandir la Iglesia mediante múltiples viajes, predicaciones y cartas, por lo que es reconocido como el Apóstol de los Gentiles. Es decapitado en el año 67 y, sobre su tumba, se construye la Basílica San Pablo Extramuros. Su imagen es representada con una espada, arma con la que es decapitado. Por ser ciudadano romano es liberado de la crucifixión.
Este día, en cada puerto y caleta de nuestro país, los pescadores artesanales, celebran, con múltiples manifestaciones, su devoción a San Pedro, su patrono, al que rinden honores, le piden abundancia en la pesca, protección en el mar y cura de enfermedades. Conducen, en andas, la imagen de “Don Pedro” en una participada procesión, al ritmo de bandas de colegios, salvas, repique de campanas y bailes chinos, hasta subirlo a una embarcación adornada con coloridas guirnaldas, flores y globos, para continuar la romería, con todas las embarcaciones, por el mar. Una fe y tradición heredada de abuelos, padres, transmitida a hijos e hijas, que se mantiene en el tiempo.
Junto con los pescadores, de manera especial, este año, le pedimos a san Pedro y san Pablo, que nos liberen pronto del COVID-19, que no haya más víctimas y que los contagiados, se recuperen pronto. San Pedro y san Pablo, RUEGUEN POR NOSOTROS.
En Jesús, María y Pablo,
El Director