Solemnidad de la Anunciación del Señor
Titular del Instituto Virgen de la Anunciación
25 de Marzo de 2021
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La solemnidad de la Anunciación presenta, para el Instituto Virgen de la Anunciación, la oportunidad de ahondar en el misterio expresado así en el Credo: “Se encarnó de María, la Virgen”. Tal profundización aporta más luz a la identidad del propio Instituto y más “gracia” a la vocación de cada uno de sus miembros. Acercarse a un misterio de la vida cristiana trae siempre nueva y más abundante riqueza a nuestra vida interior. Y bien, el misterio de la Encarnación atraviesa toda nuestra vida cristiana y nuestra opción de vida como personas consagradas.
María ante el anuncio del ángel dice: “hágase en mí según tu palabra”, una respuesta clave con la que acoge una Palabra. Esta Palabra acogida por María se hace realidad dentro de ella: “Y el Verbo (la Palabra) se hizo carne y habitó entre nosotros”. Y es esta Palabra, a partir de ella, como María orientó toda su vida; cuanto María vivirá y hará después de la Anunciación, partirá de aquella Palabra depositada en ella.
Esta misma Palabra recibida por María es la que ha quedado depositada en nosotros en nuestro bautismo. En el bautismo de Jesús, el Padre le dijo: “Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”, En nuestro bautismo el Padre nos dijo a cada uno de nosotros esa misma Palabra dicha a su Hijo: “Tú eres mi hijo, en ti me complazco”. Y esta Palabra dicha por el Padre, cuando él la pronuncia, realiza en nosotros lo que dice.
Cada uno de nosotros tiene dentro una palabra, tiene dentro un pensamiento, tiene el origen de sus pensamientos en el corazón. Debemos preguntarnos si la palabra que está en nuestro corazón es la original, la que nos fue depositada en el bautismo, o bien, a lo largo de nuestra vida, aquella palabra ha sido desplazada para dar lugar a otras palabras que han prevalecido y hoy dominan nuestros pensamientos, nuestras opciones, nuestras relaciones: palabras como vanagloria, egoísmo, el propio interés, la mundanalidad… ¡Recordemos que nos orientamos por la palabra que llevamos en el corazón!
Además, nuestro problema no es solo el de recibir la Palabra, sino el de permanecer en ella de modo continuo y eficaz. En varios episodios de la infancia de Jesús el evangelio subraya: “María conservaba estas palabras en su corazón”.
Los acontecimientos de nuestra vida son señales, palabras que se nos dicen y que debemos interpretar a la luz de la Palabra que está dentro de nosotros. Nuestra actitud, pues, debe ser la de María, que además de la escucha, de la disponibilidad a recibir la Palabra, conservaba estas palabras en su corazón, entendiendo, por conservar, meditar e interpretar la presencia de Dios en las vicisitudes humanas, en nuestra historia, y al mimo tiempo encarnar aquella Palabra que está dentro de nosotros en nuestra vida cotidiana. Afirmaba don Oreste Benzi: “lo que eres, grita mucho más fuerte que lo que dices”.
El deseo que expreso a todos los miembros del Instituto Virgen de la Anunciación es que seáis portadoras y testimonios de la Palabra en las vicisitudes y realidades del mundo, que es lo específico de vuesta vocación y misión.
Vito Fracchella, ssp
Delegado General de los Institutos Paulinos de Vida Secular Consagrada