Leccionario Santoral: 1Cor 1, 26-31; sal 22, 1-6; Mt 13, 44-46.
LECTURA Heb 7, 25—8, 6
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: Jesús puede salvar en forma definitiva a los que se acercan a Dios por su intermedio, ya que vive eternamente para interceder por ellos. Él es el Sumo Sacerdote que necesitábamos: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado por encima del cielo. Él no tiene necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. La Ley, en efecto, establece como sumos sacerdotes a hombres débiles; en cambio, la palabra del juramento –que es posterior a la Ley– establece a un Hijo que llegó a ser perfecto para siempre. Éste es el punto capital de lo que estamos diciendo: tenemos un Sumo Sacerdote tan grande que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo. Él es el ministro del Santuario y de la verdadera Morada, erigida no por un hombre, sino por el Señor. Ahora bien, todo Sumo Sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; de ahí la necesidad de que tenga algo que ofrecer. Si Jesús estuviera en la tierra, no podría ser sacerdote, porque ya hay aquí otros sacerdotes que presentan las ofrendas de acuerdo con la Ley. Pero el culto que ellos celebran es una imagen y una sombra de las realidades celestiales, como Dios advirtió a Moisés cuando éste iba a construir la Morada, diciéndole: «Tienes que hacerlo todo conforme al modelo que te fue mostrado en la montaña». Pero ahora, Cristo ha recibido un ministerio muy superior, porque es el mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores. Palabra de Dios.
Comentario: El autor manifiesta cómo Dios llevó a cabo su promesa de salvación y que ahora se hace realidad a partir de la muerte y resurrección de Cristo. Ese futuro de salvación que ya experimentamos es la nueva alianza anunciada por los profetas. La Nueva Alianza consiste en la promesa gratuita de Dios de que el perdón de los pecados está garantizado.
SALMO Sal 39, 7-10. 17
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!
Tú no quisiste víctima ni oblación; me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: «Aquí estoy». R.
En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón». R.
Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea: no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor. R.
Que se alegren y se regocijen en ti todos los que te buscan y digan siempre los que desean tu victoria; «¡Qué grande es el Señor!». R.
ALELUIA Cf. 2Tim 1, 10
Aleluia. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluia.
EVANGELIO Mc 3, 7-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como sanaba a muchos todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre Él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto. Palabra del Señor.
Comentario: La misión y fama de Jesús se extendía y sus seguidores también. Su opción por los pobres y no por los poderosos hizo que ganara en popularidad. Esa popularidad sincera y genuina no es una consigna ni pretensión de una demagogia religiosa que manifieste “credibilidad”, sino que es la característica evangélica fundamental de un buen cristiano.
1 Comment
Jesús dame la fe para saber que estas conmigo todo el tiempo como lo estabas c tus discípulos, que me acerque con delicadeza a la orilla del mar para sentarme cerca de tus discípulos y escucharte y verte con el fondo magnífico del mar c el sonido de las olas de fondo a tus palabras y sobre todo que no te apretuje para que no tengas que alejarte si total….” los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».” Así que con solo estar cerca tuyo me vería librado de muchos males. Jesús no dejes que me aleje de ti, quédate cerca siempre, más aún ven a morar en mi corazón y déjame contemplarte en tu creación.