Prefacio de Adviento III o IV.
LECTURA Jer 23, 5-8
Lectura del libro de Jeremías.
Llegarán los días –oráculo del Señor– en que suscitaré para David un germen justo; Él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: “El Señor es nuestra justicia”. Por eso, llegarán los días –oráculo del Señor– en que ya no se dirá: «Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto», sino más bien: «Por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo». Palabra de Dios.
Comentario: Las palabras del Profeta van dirigidas a los líderes religiosos de la época, que no han sabido pastorear a su pueblo, pues en lugar de congregar solo han dispersado a su rebaño. Ciertamente que esta imagen del pastor contrasta con aquella imagen del “Buen Pastor” de Juan 10, 11.
SALMO Sal 71, 1-2. 12-13. 18-19
R. ¡Que en sus días florezca la justicia!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Porque Él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. R.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel; el único que hace maravillas. Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. R.
ALELUIA
Aleluia. ¡Pastor de la casa de Israel, que diste la Ley a Moisés en el Sinaí, ven a librarnos con el poder de tu brazo! Aleluia.
EVANGELIO Mt 1, 18-24
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa. Palabra del Señor.
Comentario: El Mesías esperado desde los tiempos de los profetas se hace realidad con la maternidad de María, que no tuvo intervención de varón. De ahí que las dudas de José sean razonables, ya que no podía explicar cómo se realizó aquel portento. Tanto José como María experimentaron los miedos y dudas de todo aquel que se lanza en el camino de la fe: Al lanzarse hay que abandonarse a la confianza y al amor de Dios, como hicieron María y José.
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José es un hombre justo, se deja guiar por el Señor, a pesar de lo difícil de la situación. Cuánta falta nos hace seguir su ejemplo! Ayúdanos Señor a hacerlo!