Semana 34ª del tiempo ordinario.
LECTURA Apoc 14, 1-5
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. Ellos siguen al Cordero donde quiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para Dios y para el Cordero. En su boca nunca hubo mentira y son inmaculados. Palabra de Dios.
Comentario: Cristo ya no aparece solo y, por tanto, la cifra simbólica de los ciento cuarenta y cuatro mil indica al resto de Israel, pero también representa la “universalidad” de su mensaje como la fuerza viva de la Iglesia. Los cristianos están consagrados a Dios, viven protegidos por él y serán victoriosos con él.
SALMO Sal 23, 1-6
R. ¡Benditos los que buscan tu rostro, Señor!
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes, porque Él la fundó sobre los mares, Él la afirmó sobre las corrientes del océano. R.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos ni jura falsamente. R.
Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador. Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. R.
ALELUIA Mt 24, 42. 44
Aleluia. Estén prevenidos y preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. Aleluia.
EVANGELIO Lc 21, 1-4
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir». Palabra del Señor.
Comentario: La ofrenda de la viuda le sirve a Jesús para asentar un nuevo principio en la instauración de su Reino. En efecto, ya no es lo valioso, lo aparentemente grande o poderoso, la medida para juzgar la sociedad, sino la generosidad o la fe que da todo por Cristo. Esa actitud del creyente es el nuevo camino hacia una sociedad más solidaria y fraterna.
1 Comment
La mirada de Jesús: levantó los ojos y VIO. Nos hace falta dejar de mirarnos a nosotros mismos, levantar la vista a quienes nos rodean, los acontecimientos, el medio ambiente y ver con los ojos de Jesús, para empezar a apreciar la vida que el Padre nos regala (incluso con pandemia) y avanzar en amarnos como Jesús nos ha amado