Nuestra comunidad, si es la de Jesús, es un lugar de fiesta, de perdón y de amor fraterno. Nos disponemos a vivirlo intensamente en esta eucaristía para llevarlo a la vida.
Pedimos perdón: Por no haber manifestado nuestra alegría de redimidos. Por haber desprestigiado el evangelio con nuestras incoherencias. Por haber preferido las cosas efímeras a los bienes del Reino.
LECTURAS BÍBLICAS
Primera lectura: Sabiduría 9, 13-18.
Exhortación a dejarse guiar por la sabiduría de Dios en los acontecimientos, para descubrir en ellos el plan salvífico de Dios sobre nosotros.
Segunda lectura: Filemón 9-10.12-17.
En esta “tarjeta” a Filemón, Pablo indica que el camino de la caridad fraterna es la solución a los males sociales que afligen a la Humanidad.
Evangelio: Lucas 14, 25-33.
Para seguir a Jesús, se impone una escala de valores en la cual el Reino es lo primero. Afectos y otras consideraciones pasan a segundo lugar, si queremos ser discípulos verdaderos de Jesús.
Oración de los fieles
El pan y el vino, frutos de muchos granos, son un llamado a vivir en la unidad; lo pedimos al Señor y nos comprometemos a ello.
La comunión con Jesús no puede ni debe reducirse a algo ocasional, debe ser algo que nos haga “participar siempre de su vida”.
Anunciemos a todos que realmente creemos y nos sentimos la comunidad de Jesús: que se alimenta de su palabra y de su cuerpo y se siente solidaria con todos, especialmente con los lejanos y quiere ser para ellos una invitación a que vuelvan.