El jueves 1 de octubre se realizó el lanzamiento virtual del libro editado por SAN PABLO Una Iglesia híbrida: aproximación a las comunidades de Jesús, del teólogo Pedro Pablo Achondo. La presentación estaba agendada originalmente para el mes de marzo, pero la pandemia nos impidió llevarla a cabo. Sin embargo, el jueves pasado, y con una gran audiencia que nos acompañó vía zoom, el libro finalmente fue presentado en sociedad. Y contó con dos presentadores de lujo: Francisca López, teóloga, directora de la escuela Óscar Romero y jefa nacional de Pastoral del Hogar de Cristo, y Álvaro Ramis, teólogo y rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
En su intervención, Francisca valoró el trabajo del autor y calificó al libro como “una propuesta, que no es una respuesta agotada, única, que no pretende dar solución a todas las inquietudes, sino que es un texto profundamente provocador”. Y al profundizar en esta idea, precisó que el texto de Achondo es una invitación “a pensar auténticamente, de una manera nueva, la eclesiología”, por cuanto la teología no debe ser solo un conjunto de respuestas acotadas que se agotan en una doctrina, sino que debe promover preguntas. “Y este es un texto que me planteó desafíos, lo que agradezco profundamente”, dijo.
La perspectiva profundamente latinoamericana de la obra es algo que también agradeció la jefa nacional de Pastoral del Hogar de Cristo, ya que, a su juicio, sirve para recuperar el concepto de que la opción por lo pobres es algo que debe comprometer a la Iglesia universal y no solo a algunos sectores. “Es una buena recuperación de la opción por los más empobrecidos, es una bonita síntesis, una bonita integración, un buen esfuerzo por asumir que en la experiencia creyente confluyen todas nuestras dimensiones, la sexual, la política, la económica y la social y que, en ese sentido, tenemos que ir caminando hacia el encontrar caminos liberadores de fe que nos saquen de lo intimista y que sean provocadores”, manifestó López.
A su turno, Alvaro Ramis rescató el concepto de lo híbrido a partir de la universalidad impuesta por el catolicismo, lo que se refleja en formas y estructuras que, en ciertos aspectos, han opacado la posibilidad de generar un estilo de hacer Iglesia propiamente latinoaméricano. Para el teólogo, son esas estructuras las que han provocado la crisis en que se encuentra hoy la Iglesia, por lo que es necesario construir un paradigma eclesial diferente, donde lo central no sea la uniformidad, sino el reconocimiento de diferentes niveles y pluralidades.
“Plantear la idea de una Iglesia híbrida, por lo tanto, me parece que es central al desafío que tiene la Iglesia católica hoy, que es reconocer que su estructura cultura, social, dinámica, político-cultura, es evidentemente híbrida, debido a la hibridación cultural propia de la humanidad. Lejos de buscar la uniformidad y temer al mestizaje, lo que acá se busca es justamente el reconocimiento de esto que nos caracteriza: la capacidad de mezcla, la capacidad de vínculo”, dijo Ramis, añadiendo que “este momento reclama una teología de lo híbrido, una teología de esta racionalidad impura, de lo mixturado, de lo opinable, de aquello que se construye por medio de relaciones humanas en plena construcción permanente, donde no hay posibilidad de definir un solo resultado. Y dentro de esas posibilidades existe esta Iglesia que está naciendo a partir de la fuerza de los hechos”.
Finalmente fue el turno del autor. Luego de agradecer a todos los que colaboraron con su obra, porque un texto que habla de lo híbrido no podía no salir a dialogar con las personas antes de ser publicado, explicó qué es lo que hay tras el concepto que desarrolla en su libro.
“En este mundo tenemos que enredar nuestras vidas a Jesús y también tenemos que enredar a Jesús en nuestras vidas. Tenemos que enredarnos con él, al modo de una madeja de lana. Y esa madeja de lana es el concepto que lo híbrido quiere decir: el enredo de una madeja de gente, de culturas, de pensamientos, de ideas, de aspiraciones, de sueños, de luchas, de cosmovisiones”, explicó.
Lo hibrido, para Achondo, viene a ser una conjunción fértil de distintos, que permite que aparezcan nuevas formas, nuevas estructuras, nuevas propuestas que antes no existían. Tiene que ver, y así lo desarrolla en su libro, con la encarnación de algo que viene a romper los esquemas y desestructurarnos, para, a partir de ahí, pensar las estructuras.
“La idea con Iglesia híbrida es usar la imaginación, que es algo que nos cuesta tanto a los católicos. Configurar las cosas de otra manera. Imaginar. Soñar. Cuando nuestra imaginación ha sido domesticada, estamos castrados espiritualmente. Tenemos que atrevernos en libertad a otras prácticas, otras posiciones, otras estructuras, otros hábitos, otras pastorales y otros ministerios. ¿Cómo no vamos a tener algo más que proponer? ¿Cómo no vamos a conseguir ser ese laboratorio del Reino para el mundo? ¿Cómo no vamos a ser capaces de darle rostro al sueño universal de hermandad de Dios? Y es verdad que a veces nos contentamos con lo que ya hemos hecho, pero yo creo que no es suficiente. La propuesta de una Iglesia híbrida se para en esa disconformidad creativa. La Iglesia híbrida piensa que se puede más, aspira a más”, concluyó.