San Maximiliano María Kolbe, p., y mr. (MO). Rojo.
Leccionario Santoral: Sab 3, 1-9; Sal 115, 10-13. 16-17; Jn 15, 12-16.
Nace el año 1894, en Zdunska Wola (Polonia), de una familia pobre, pero rica de fe y patriotismo. Ya de joven se pone a trabajar por una patria libre. Le sonríe una brillante carrera como científico. Pero opta por la vida franciscana. Siendo clérigo en Roma, en el año 1917, funda la Milicia de María Inmaculada, que a su muerte contaba con unos tres millones de miembros. Ordenado sacerdote en el año 1918, se propone “ser santo, y cuanto más santo posible”. Vive unido a Cristo, a quien pide “amar hasta convertirse en víctima”. Destaca su preferencia por los medios de comunicación social, como los más eficaces para la evangelización. Funda un periódico mensual, con cientos de miles de ejemplares, un cotidiano y una emisora. Su obra se extendió por otras naciones y él mismo fue a fundar en Japón. Soñaba con el martirio por amor a Dios y la salvación de los hombres. Y el martirio llegó: deportado al campo de exterminio de Auschwitz en el año 1941, se ofreció a morir en lugar de un padre de familia. Una inyección de veneno lo envió al cielo el 1 de agosto del año 1941. A su beatificación, en el año 1971, asistió Francisco Gajowniczk, el hombre por él salvado. Juan Pablo II lo canonizó en el año 1982.
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés subió de las estepas de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, frente a Jericó, y el Señor le mostró todo el país: Galaad hasta Dan, todo Neftalí, el territorio de Efraím y Manasés, todo el territorio de Judá hasta el mar Occidental, el Négueb, el Distrito y el valle de Jericó ?la Ciudad de las Palmeras? hasta Soar. Y el Señor le dijo: «Ésta es la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, cuando les dije: “Yo se la daré a tus descendientes”. Te he dejado verla con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella». Allí murió Moisés, el servidor del Señor, en territorio de Moab, como el Señor lo había dispuesto. Él mismo lo enterró en el Valle, en el país de Moab, frente a Bet Peor, y nadie, hasta el día de hoy, conoce el lugar donde está su tumba. Cuando murió, Moisés tenía ciento veinte años, pero sus ojos no se habían debilitado, ni había disminuido su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta días en las estepas de Moab. Así se cumplió el período de llanto y de duelo por la muerte de Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había impuesto sus manos sobre él; y los israelitas le obedecieron, obrando de acuerdo con la orden que el Señor había dado a Moisés. Nunca más surgió en Israel un profeta igual a Moisés ?con quien el Señor departía cara a cara? ya sea por todas las señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto contra el Faraón, contra todos sus servidores y contra todo su país, ya sea por la gran fuerza y el terrible poder que él manifestó en presencia de todo Israel.
Palabra de Dios.
Comentario: A pesar de sus límites humanos, la grandeza de Moisés está en su amistad con Dios, que le permite responder a su misión de liberar al pueblo de la opresión egipcia. Él nos enseña la humildad de sentirse instrumento en manos de Quien le confía la misión y no asegurarse un lugar para perpetuar su memoria.
R. ¡Bendito sea Dios, que nos concedió la vida!
¡Aclame al Señor toda la tierra! ¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa, digan al Señor: «¡Qué admirables son tus obras!» R.
Vengan a ver las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres. Bendigan, pueblos, a nuestro Dios, hagan oír bien alto su alabanza. R.
Los que temen al Señor, vengan a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí: apenas mi boca clamó hacia Él, mi lengua comenzó a alabarlo. R.
ALELUYA 2Cor 5, 19
Aleluya. Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, confiándonos la palabra de la reconciliación. Aleluya.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, Yo estoy presente en medio de ellos.
Palabra del Señor.
Comentario: Dios no quiere que nadie se aparte de sus caminos. Como consecuencia quienes tenemos responsabilidades en la Iglesia de Jesucristo, debemos salir a buscar a los que se han apartado. Jesús nos entrega el método de la corrección fraterna para reintegrar, y no excluir, al que se apartó de la comunidad.