Leccionario Santoral: 1Jn 4, 7-16; Sal 118, 9-14; Mt 23, 8-12.
LECTURA 1Cor 1, 17-25
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia. El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios. Porque está escrito: “Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes”. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo se esfuerza en explicar qué significa el anuncio de la “Buena Nueva” y nos acerca al misterio de Cristo crucificado, un “escándalo” para los judíos que esperan a un Mesías exitoso y una “locura” para quienes se apoyan en la razón y la sabiduría humanas. El Apóstol se opone a toda sociedad que proclame un Cristo sin cruz, ya que termina siempre por construir “una” basada en la injusticia, la discriminación, la opresión y la violencia.
SALMO Sal 32, 1-2. 4-5. 10-11
R. ¡La tierra está llena del amor del Señor!
Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
Porque la palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. R.
El Señor frustra el designio de las naciones y deshace los planes de los pueblos, pero el designio del Señor permanece para siempre, y sus planes, a lo largo de las generaciones. R.
ALELUIA Lc 21, 36
Aleluia. Estén prevenidos y oren incesantemente, así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre. Aleluia.
EVANGELIO Mt 25, 1-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: «Ya viene el esposo, salgan a su encuentro». Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: «¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?». Pero éstas les respondieron: «No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado». Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos», pero él respondió: «Les aseguro que no las conozco». Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora. Palabra del Señor.
Comentario: La parábola describe la situación de los que viven en la esperanza del tiempo intermedio entre la resurrección y la parusía. El Reino de los Cielos es comparado no con diez jóvenes necias sino con una boda. La enseñanza de la parábola pone el acento en la necesidad de estar preparados para la venida del Señor. Por eso esta “preparación” es personal y no vale apoyarse en la fidelidad de “otro”.
1 Comment
La diferencia entre unas jóvenes y otras es su actitud de ser previsoras o descuidadas en relación con la llegada del esposo. Lo que distingue a unos cristianos de otros es si estamos preparados para reconocer y acompañar al Señor. ¿Con qué prudencia o con qué necedad estamos viviendo nuestro ser cristiano? Nuestra vida, nuestro modo de ser y de actuar es el testimonio atento de una vida puesta al servicio de los otros. ¿Estamos entregando nuestra vida y existencia en hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas o no?