Ricky ha perdido la vista y tiene miedo. Siente que su mundo, de repente, se ha hecho más pequeño. Pero, poco a poco, se da cuenta que su alrededor hay objetos, animales y personas que pueden ayudarlo a caminar en la oscuridad. Todos le devuelve la confianza y la seguridad, y le demuestran que el mundo no tiene límites.
El cuento se inspira en el principio cinco de los Derechos de los Niños, según el cual el niño, con algún tipo de impedimento, tiene derecho a recibir tratamiento, educación y atenciones.
Incluye la Declaración de los Derechos de los niños, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la resolución 1386 (XVI) del 20 de noviembre de 1959.