En el relato del Evangelio, las personas que querían ver a Jesús se dirigían a los discípulos, con la certeza de ser acompañados en su encuentro con Él (Jn 12,21b). También hoy, quien se dedica al ministerio catequístico, tiene que hacerse discípulo o discípula de Jesús, para comunicar y dar testimonio, en forma adulta e ilustrada, a todos los que lo buscan.
El libro consta de dos partes. La primera presenta la humanidad de Jesús y nuestra vida cotidiana, que se encuentran y sintonizan completamente en la comunión del misterio eucarístico y en la vida fraterna y compartida. La segunda abre la perspectiva de la misión con Cristo y con la comunidad. La comunión con Cristo conduce a la convivencia fraterna con las personas, con la naturaleza, con toda la creación.