Muchas personas sufren en el mundo. No solamente por el hecho de la pandemia que vivimos. Como dijo Francisco el mes pasado, también por otras pandemias, como “la pandemia de las guerras, del hambre y muchas otras” (14/05/2020). ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo no caer en la indiferencia? El Papa nos muestra el camino: la compasión. Es la mejor ayuda que podemos ofrecerles, con nuestra oración y vida, acercándoles al Corazón de Jesús para que Él pueda transformar sus vidas.
Allí donde hay dolor, donde hay sufrimiento, donde hay dificultad, está siempre antes el Corazón de Jesús. Nadie está solo. El mensaje del Papa Francisco apunta a recordar que hay un camino que ayuda a todo aquel que lo necesita. Un camino para conectar con este Corazón de Jesús, con su estilo y con sus gestos, y que puede llevar a las personas a encarnar en su vida una misión de compasión por el mundo. Nos exhorta a acercarnos a este camino del corazón porque es capaz de acoger “a todos en la revolución de la ternura”.
Muchas personas sufren por las graves dificultades que padecen.
Nosotros podemos ayudarlas acompañándolas por un camino lleno de compasión que transforma la vida de las personas y los acerca al Corazón de Cristo que nos acoge a todos en la revolución de la ternura.
Recemos para que aquellos que sufren encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón de Jesús.