16º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Jesús fue a un pueblo para visitar a dos hermanas, al parecer amigas de familia, que lo reciben y lo tratan como a un huésped importante y apreciado. Las dos se dedican totalmente a él. Cada una a su manera.
El Señor, contrariamente a su costumbre, llega solo y el evangelio nos relata el encuentro íntimo de los tres, sin milagros ni enseñanzas de por medio, con diálogos que manifiestan confianza y libertad familiar para expresarse hasta el reproche.
Marta, quien hace las veces de dueña de casa, está muy atareada en agasajar al huésped. María está embelesada escuchándolo. El reproche entre las hermanas nos muestra el grado de cercanía que tenían con Jesús. No se habla de esa manera frente a un extraño.
Jesús acepta la hospitalidad activa de Marta y la actitud de escucha de María. No le reprocha a Marta por las tareas que está haciendo, sino por su pretensión de que María también sea como ella. Tampoco dice que lo que hace es malo o no es necesario. Al contrario, podemos imaginar que la escena termina con la comida familiar y los sabrosos comentarios que hicieron entre los tres.
El Señor las quiere a las dos, pero no iguales, sino diferentes, a cada una tal como es.
Sucede en nuestros días que hay grupos que pretenden que todos los católicos o cristianos seamos iguales,… Otros que afirman tener la mejor espiritualidad y quieren imponerla, comunidades que aspiran a aplicar su modo de ver y pensar la vida cristiana… Que las celebraciones sean todas de un cierto modo… Que no se lean libros de ciertos autores y espiritualidades… Hay demasiados celos que no vienen de Dios.
En el evangelio aprendemos que el Señor no hace distinción de grupos, cultura, sexo, maneras de ver e interpretar las situaciones… Pero sí queda claro que lo que debe distinguir a los que quieren seguirlo es la escucha de su Palabra y practicarla sin compararlos con los hermanos.
“Marta, Marta, una sola cosa es necesaria” (Lc 10, 42).
P. Aderico Dolzani, ssp.
Guía: Hoy, “Día del Señor”, la liturgia nos llama a celebrar con alegría la paciencia de Dios. Es para nosotros una lección permanente este Dios que espera; un Dios que colma a sus hijos de “dulce esperanza” y nos ayuda a la conversión.
Guía: Esta primera lectura y el texto del evangelio, nos hacen reflexionar sobre la hospitalidad. Abraham acoge, sin saberlo, al mismo Dios en la persona de tres peregrinos que pasan por su casa.
Lectura del libro del Génesis.
El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, diciendo: “Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!” Ellos respondieron: “Está bien. Puedes hacer lo que dijiste”. Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: “¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas”. Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol. Ellos le preguntaron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?” “Ahí en la carpa”, les respondió. Entonces uno de ellos le dijo: “Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo”.
Palabra de Dios.
R. Señor, ¿quién entrará en tu Casa?
El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor. R.
El que no se retracta de lo que juró aunque salga perjudicado. El que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará. R.
Guía: Pablo anuncia a los cristianos de Colosas su extraordinaria vocación y misión de revelar, en este tiempo, el misterio de la salvación universal en Cristo.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Hermanos: Me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque, de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.
Palabra de Dios.
ALELUYA Cfr. Jn 16, 7. 13
Aleluya. Felices los que guardan la Palabra de Dios con un corazón bien dispuesto, y dan fruto gracias a su constancia. Aleluya.
Guía: Dos hermanas hospedan a Jesús en su casa. Marta se preocupa más de un buen almuerzo que restaure las fuerzas del huésped; María, en cambio, lo escucha, está pendiente de su persona.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”. Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Como un día el Señor bendijo los dones que Abel le ofrecía, hoy le pedimos que bendiga los trabajos, los sufrimientos y las esperanzas que traemos al altar.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Comulgar con Cristo, es pasar del pecado a la gracia; comulgar plenamente con él, es dar un paso más comprometido de santidad y de amor al prójimo.
DESPEDIDA
Guía: El Padre Dios ha sembrado en nosotros su palabra, que es su mismo Hijo, Cristo Jesús. Nos da así la fuerza de su Espíritu para que su palabra crezca en nosotros y la anunciemos y testimoniemos en la vida cotidiana.