TíTULO: Hacia el Yo verdadero
AUTOR: Mauricio Orlando Pérez Sainz
Editorial SAN PABLO. Santiago, Chile, 2020. 96 páginas.
ISBN: 978-956-256-609-4
La propuesta de Hacia el Yo verdadero viene a recordarnos aquello que es esencial en el desarrollo del ser humano. Sumergidos en la lógica del tener y del hacer, solemos perder la perspectiva y convencernos de que la realización personal está en el auto que compramos, la casa que tenemos, la institución de la que somos parte, el ámbito social en el que nos desenvolvemos, y tantas otras cosas que, para el mundo, son las señales que reflejan el éxito personal. No obstante, como cristianos, debemos tener siempre en cuenta que hay otra dimensión a la que podemos aspirar, y a la que estamos llamados por la gracia de Dios: la trascendencia. Solo en la medida que somos capaces de abrirnos a la trascendencia podremos lograr, con el apoyo de Dios y nuestra fe, la plena felicidad.
Avanzar hacia el Yo verdadero es, entonces, ir mucho más allá de lo que el mundo nos propone. Y esa es la finalidad del libro escrito por Mauricio Orlando Pérez Sainz quien, como dice en la introducción, se ha puesto como misión liberar a las personas del materialismo y del egocentrismo individualista que reina en la sociedad, tarea a la que siente que fue llamado por María. Con ese fin define tres etapas que conceptualizan el desarrollo del hombre a lo largo de su historia. Comienza con el Hombre Inicial, quien, en sus palabras, “tiene una conciencia instintiva, animista y exterior” y “se extinguió hace doscientos mil años”. Superada esta etapa, la humanidad avanzó hacia el Hombre del Mundo, aquel que “domina la tierra, el que adapta su medio a su propia conveniencia. El hombre que posee sentimiento, pensamiento, voluntad y conciencia humana interior”. Este es el hombre de hoy. Sin embargo, a través de la fe, nos explica que el ser humano puede llegar a un tercer estadio en la evolución de su desarrollo personal: el Hombre de Dios, al que define como “el que estamos llamados a ser”. Y es en esta etapa donde nos abrimos a encontrar la esencia del Yo verdadero.
El Hombre de Dios, explica el autor, es aquel capaz de abrirse a la trascendencia una vez que descubre al Creador en su interior, en el silencio y paz de su propia alma. Gracias a eso puede encender en su corazón el fuego del amor. Amor que se comparte con otros, dejando de lado la indiferencia, la competencia y la individualidad del Hombre del Mundo. “Es en ese punto donde asoma la conciencia de la eternidad”, nos dice. El Hombre de Dios, entonces, es aquello a lo que estamos llamados a ser, un estadio final de evolución personal que nos conduce a la plena felicidad y al encuentro con Dios en lo trascendente, en el infinito amor y entrega que compartimos con Él. En el conocimiento de la misericordia y la fe.
De este modo, Hacia el Yo verdadero, reafirma la idea de que el hombre ha sido creado para tener vida y vida en abundancia, en este mundo y en la eternidad. Sus páginas nos hacen comprender que los seres humanos hemos sido llamados a trascender y ser santos, ideales que alcanzaremos solo en la medida que logremos abrir nuestra alma a Dios para sentir su amor y su misericordia. De este modo, explica el libro, la evolución de la conciencia, pasa del exterior al interior asociada a lo social, para terminar en la conciencia del desprendimiento individual y alojar a nuestro Creador en la perfección, en el amor.
A partir de ahí aprenderemos a amar, a salir de nuestras zonas de confort para encontrarnos con los hermanos y convertirnos en seres capaces de avanzar en la ruta de la trascendencia como especie y en la proyección de nuestra persona individual hacia la eternidad. Pero solo en la medida que logremos encontrar a Dios en nuestra vida seremos capaces de encontrar y compartir el yo verdadero que el Señor ha destinado para cada uno de nosotros: el hombre de sentimiento, pensamiento, voluntad, conciencia humana interior y conciencia espiritual; el hombre espiritual, el que entrega su individualidad para llenar su vida de amor.
Rodrigo Miranda Sánchez
Periodista SAN PABLO Chile