El Domingo de Resurrección, junto con participar del Triduo Pascual, es tradicional que los fieles realicen en algunos puntos de nuestro país, de norte a sur, la ceremonia de la quema de Judas.
Es una práctica heredada de España, celebrada en nuestro país desde los tiempos de la Colonia. No tiene raíz dogmática, solo se sustenta en palabras del evangelio de Marcos, quien relata que Judas, luego de entregar a Jesús, se arrepiente y pide hablar con los sacerdotes para devolverles las treinta monedas de plata obtenidas por su traición. Tras serle rechazada su petición, arroja violentamente el dinero frente al templo y corre a poner fin a sus atribulados días colgándose de un árbol.
Para recordar este hecho, se prepara un muñeco del tamaño de un hombre, relleno con material combustible, algunos cuetes y monedas. Se cuelga del cuello y es quemado en un ceremonial frente a la comunidad. Especial participación tienen los niños, quienes, en el día, han recorrido el pueblo, puerta a puerta, pidiendo ropa y unas moneitas pal Judas.
Antes de proceder a quemar el pelele, se lee un dictamen-discurso en el que se describen, una a una, las faltas contra los valores cristianos que hayan cometido los habitantes del lugar en el curso del año, de las cuales se culpa a Judas y se lo sentencia a morir incinerado.
Lo más hilarante es que todas las personas del pueblo conocen los pecados y a los pecadores, porque son vox populi; por lo tanto, al escucharlas, las carcajadas son generales y los aplausos cerrados. En algunos lugares ya se instaló la costumbre de colocarle al Judas el rostro de algún odiado personaje a quien todo el pueblo quisiera carbonizar.
Al comenzar a chamuscarse el muñeco y el fuego llegar al estómago, zona donde se han colocado las monedas y los petardos, estos hacen explosión lanzando las chauchas lejos, con los gritos de los presentes y los niños corriendo por agarrar una caliente y tiznada moneda. Luego, todos para la casa, pasados a humo y con el comentario de los pecados que se llevó Judas.
En Latinoamérica, esta tradición se realiza en México, Paraguay, Venezuela y Perú, desde el siglo pasado, con similares características. En nuestro país se mantiene, principalmente, en Iquique, Valparaíso, Quillota, Alto Jahuel y Alhué. Que tengan una Feliz Pascua.
En Jesús, María y Pablo,
El Director