Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Después que Jesús fue crucificado, el pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: «Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!». También los soldados se burlaban de Él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: «Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!». Sobre su cabeza había una inscripción: «Éste es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres Tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que Él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». Él le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».
Escuchemos la reflexión el Evangelio que acabamos de leer:
LA REFLEXIÓN DOMINICAL es un espacio que, a partir del Evangelio del domingo, entrega un mensaje de fe en la voz del padre Aderico Dolzani, de la SOCIEDAD DE SAN PABLO.
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