Leccionario Santoral: Is 66, 10-14; Sal 130, 1-3; Mt 18, 1-5.
Inicio de la Semana de Oración por la Familia. Día Internacional del Adulto Mayor.
LECTURA Zac 8, 20-23
Lectura de la profecía de Zacarías. Así habla el Señor de los ejércitos: Vendrán asimismo pueblos y habitantes de muchas ciudades. Los habitantes de una ciudad irán a otra, diciendo: «Vamos a apaciguar el rostro del Señor y a buscar al Señor de los ejércitos; yo también quiero ir». Pueblos numerosos y naciones poderosas vendrán a Jerusalén a buscar al Señor de los ejércitos y a apaciguar el rostro del Señor. Así habla el Señor de los ejércitos: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas que hablan las naciones, tomarán a un judío por el borde de sus vestidu¬ras y le dirán: «Queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes». Palabra de Dios.
Comentario: El Profeta está decidido a ayudar a su pueblo y quiere volver a Sión y habitar en ella. Por eso promete restablecer la Alianza, pero también confirmar la asistencia de Dios para con su pueblo: “ellos serán mi pueblo, yo seré su Dios auténtico y legítimo”.
SALMO Sal 86, 1-7
R. ¡Dios está con nosotros!
¡Ésta es la Ciudad que fundó el Señor sobre las santas Montañas! Él ama las puertas de Sión más que a todas las moradas de Jacob. Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios. R.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre aquéllos que me conocen; filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella». R.
Así se hablará de Sión: «Éste, y también aquél, han nacido en ella, y el Altísimo en persona la ha fundado». R.
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá: «Éste ha nacido en ella». Y todos cantarán, mientras danzan: «Todas mis fuentes de vida están en ti». R.
ALELUIA Mc 10, 45
Aleluia. El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluia.
EVANGELIO Lc 9, 51-56
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de Él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?». Pero Él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo. Palabra del Señor.
Comentario: La Ciudad Santa es la meta final de Jesús, porque allí debe dar cumplimiento al designio salvador de Dios: La “glorificación” del Hijo de Dios implica su Muerte, su Resurrección y su Ascensión. No obstante, Jesús deberá pasar por el cadalso de la incomprensión, rechazo e indiferencia para asumir con radicalidad su tarea de Mesías, de Enviado y Salvador.