Es la primera santa del continente americano. Nace en Lima (Perú) el 20 de abril de 1586. Es la décima de trece hijos de una noble familia procedente de España. Su padre, Gaspar Flores, y su madre, María de Oliva, la bautizan con el nombre de Isabel. Pero su niñera, la india Mariana, impresionada por su belleza, exclama: “¡Eres bella, eres rosa!”. Y se queda con el nombre de Rosa.
Recibe la Confirmación de manos del arzobispo de Lima, santo Toribio de Mogrovejo, y con tal motivo añade a su nombre “de Santa María”, por el tierno amor que tenía por la Virgen, la cual le concede la alegría de estrechar entre sus brazos al Niño Jesús.
Su rica familia sufre un revés financiero y sobreviene la pobreza. Rosa apoya con su trabajo, en especial de recamo y cultivando la huerta. Desea consagrarse en la vida claustral, pero el Señor le da a conocer su voluntad de que permanezca en familia, llevando una vida penitente y de oración continua en la sencillez de la vida laical. Toma por modelo a santa Catalina de Siena y se inscribe, como ella, en la Tercera Orden dominica. Manda construir una casita estrecha y baja para orar y contemplar a solas. Desde allí presencia misas que se celebran en varias iglesias de la ciudad. Prepara la mejor sala de su casa señorial para acoger a enfermos desahuciados de los hospitales, los atiende y Jesús Niño, cuya estatua sigue hoy en dicha sala, se los cura milagrosamente. Por eso lo llama el Doctorcito.
Ante el peligro de que Lima fuera arrasada por los piratas, se echa al suelo de la Capilla del Rosario, suplicando a la Virgen que libre del desastre a la ciudad; y el caudillo pirata retira sus huestes enfermo de malaria. Tiene el don de visiones místicas, de hacer milagros, bilocación. Comparte los sufrimientos de los indios marginados y maltratados. Y soporta durante 15 años el sufrimiento de la “noche oscura”. Es contemporánea y vecina de san Martín de Porres. En 1614 la obligan a retirarse a la vivienda de la noble señora María Ezategui, donde, con 31 años, se apaga diciendo: “Este es el día de mis bodas eternas”. Es el 24 de agosto de 1617