El Espíritu Santo nos enriquece con sus dones y carismas; unos para la transformación espiritual personal, otros para la construcción de la comunidad, de la Iglesia. Debemos pedir constantemente los carismas y dones del Espíritu Santo, pero mucho más el Espíritu mismo, que los posee todos: sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, fortaleza, piedad y temor de Dios. Este libro contiene una serie de meditaciones para reflexionar sobre cada uno de ellos, de modo de orar para permitir que la presencia del Espíritu actúe en nosotros.