Motivación de entrada
La familia de Nazaret, a pesar del contexto sociocultural muy diferente del nuestro, sigue siendo un punto de referencia privilegiado para los cristianos.
Acto penitencial
Pedimos perdón por los pecados cometidos en la familia: falta de diálogo y de verdadero amor y por los pecados contra la familia: divorcio, aborto, maltrato intrafamiliar, egoísmos.
Colecta
Pedimos al Señor por todas las familias del mundo y las de nuestro país, para que se amen y sean testimonio de vida cristiana.
LECTURAS CICLO C
Primera lectura: 1 Samuel 1, 20-22.24-28.
Ana, una mujer israelita, ha obtenido milagrosamente un hijo y, llena de gratitud y fiel a su promesa, lo consagra a Dios.
Segunda lectura: 1 Juan 3, 1-2.21-24.
Somos hijos de Dios y lo sabemos por el amor que nos tiene el Padre Dios. Esa es la razón por la que debemos amarnos y sentirnos hermanos.
Evangelio: Lucas 2, 41-52.
La obediencia a los padres, María y José, cede el paso a la exigencia de Jesús: él como hijo tiene que estar en la casa del Padre. Aquí se plantea el problema de la vocación de los hijos.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Ponemos sobre el altar los logros, los sufrimientos, las esperanzas de nuestras familias, mientras pedimos que ellas sean “pequeñas iglesias domésticas” .
Comunión
Al recibir el cuerpo de Cristo, reafirmamos el compromiso de unidad, de comunión y del amor de nuestras familias.
Despedida
La familia de Nazaret no es sólo modelo de la familia cristiana, es también intercesora ante el Señor. Al despedirnos de esta eucaristía, recordemos que “la familia que reza unida, permanece unida”.