San Luis Gonzaga, religioso (MO). Blanco.
Leccionario Santoral: 1Jn 5, 1-5; Sal 15, 1-2. 5. 7-8. 11; Mt 22, 34-40.
Reseña
Nació en Mantua (Italia) en el año 1568, de los príncipes de Castiglione. Su madre le enseñó a gustar la vida de fe. Vivaracho, inteligente, gracioso. Su padre lo soñaba un gran militar. San Carlos Borromeo le dio la primera comunión y san Roberto Belarmino fue su consejero. Al manifestar su decisión de consagrarse a Dios, su padre lo mandó a viajar para que olvidara la idea. Las cortes de Madrid, Florencia, Pavía, Mantua…, se quedaron admiradas de su virtud. Hizo voto de castidad. Repetía: “¿Qué es todo esto frente a la eternidad? Señor, ayúdame a no olvidar nunca el fin para el cual mes has creado”. A quien le llamaba príncipe y señor, le decía: “Servir al Señor es mucho más glorioso que poseer todos los principados de la Tierra”. Ingresó en los jesuitas en el año 1583, con el deseo de ser sacerdote. Hizo el noviciado y los estudios teológicos. Pero cuidando a lo enfermos de peste en Roma, se contagió y voló al cielo poco antes de la ordenación, con 23 años, en el año 1591. Días antes de morir escribía a su madre: “Si el amor consiste en alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran, como dice san Pablo, ha de ser inmensa tu alegría, madre ilustre, al pensar que Dios me llama a la verdadera alegría, que pronto poseeré sin perderla jamás”.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Ya que tantos otros se glorían según la carne, yo también voy a gloriarme. De lo mismo que otros se jactan –y ahora hablo como un necio– también yo me puedo jactar. ¿Ellos son hebreos? Yo también lo soy. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. ¿Son ministros de Cristo? Vuelvo a hablar como un necio: yo lo soy más que ellos. Mucho más por los trabajos, mucho más por las veces que estuve prisionero, muchísimo más por los golpes que recibí. Con frecuencia estuve al borde de la muerte, cinco veces fui azotado por los judíos con los treinta y nueve golpes, tres veces fui flagelado, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche en medio del mar. En mis innumerables viajes, pasé peligros en los ríos, peligros de asaltantes, peligros de parte de mis compatriotas, peligros de parte de los extranjeros, peligros en la ciudad, peligros en lugares despoblados, peligros en el mar, peligros de parte de los falsos hermanos, cansancio y hastío, muchas noches en vela, hambre y sed, frecuentes ayunos, frío y desnudez. Y dejando de lado otras cosas, está mi preocupación cotidiana: el cuidado de todas las Iglesias. ¿Quién es débil, sin que yo me sienta débil? ¿Quién está a punto de caer, sin que yo me sienta como sobre ascuas? Si hay que gloriarse de algo, yo me gloriaré de mi debilidad.
Palabra de Dios.
Comentario: Por defenderse de los llamados “súper apóstoles”, Pablo describe cuanto debió soportar por realizar la misión que Dios le encargara. En la profundidad de su persona no está la vanagloria, sino en permanecer fiel al mandato de Cristo, ayudado por la gracia y el amor de Dios. ¿Cuáles son tus motivaciones para realizar lo que haces?
R. El Señor me libra de todos mis temores.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloria en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: Él me respondió y me libró de todos mis temores. R.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
ALELUYA Mt 5, 3
Aleluya. Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará iluminado. Pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!
Palabra del Señor.
Comentario: ¿Cuál es tu mayor preocupación? ¿Por qué y por quién vives? Jesús invita a acumular los “tesoros” que perduran, a gastar el tiempo por lo que vale la pena. Seguramente el día final, Dios te pregunte: “Tus manos, tus ojos y tu corazón, ¿Están llenos de amor?”. Si es así, te invitará: “Entra a gozar de mi banquete”