Gloria. Credo. Prefacio Propio.
Muchas personas se preguntan por qué Dios nos reveló estos misterios tan complicados para creer, como si pretendiera poner a prueba nuestra fe. Pero no nos dejó ningún enigma para atentar contra nuestra racionalidad y probar nuestra fe. Simplemente, por puro amor, nos reveló cómo es él. Él es uno y trino, Dios uno, ya que sólo puede haber un solo Dios y tres personas divinas, que se comunican porque Dios no es un solitario.
Un solitario es un ser que renuncia a comunicarse. Dios busca a los hombres para relacionarse con ellos. Quien ama a Dios quiere comunicarse con él.
Fe es creer lo que Dios nos reveló, no por hipótesis comprobada científicamente. La fe tiene otras certezas que se parecen mucho a las del amor.
Una pareja puede estar segurísima de su amor, se juran amor eterno, y por eso contraen un vínculo para siempre. Pueden dar la vida por el amado. Pero nunca ninguno de los dos podrá llegar a la certeza comprobada científicamente del amor del otro.
La certeza del amor pasa por la profunda experiencia de amar y de sentirse amado, y la de la fe, por la experiencia de sentirse guiado por el Espíritu hasta la verdad y dejarse guiar.
El Espíritu Santo no nos llena la cabeza de ideas claras y distintas, y de doctrinas acerca de la fe, sino que nos lleva a hacer una experiencia profunda de vida cristiana. Uno puede saberse el catecismo más grande de memoria, y no creer… Porque saber no es amar ni ser amado.
El misterio de la Trinidad, lejos de ser un enigma, es un don que nos distingue a los cristianos. Por eso, empezamos todas las cosas : “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
“El Espíritu de la verdad los introducirá en toda la verdad” (Jn 16, 13).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La liturgia de hoy nos invita al silencio, a la reflexión y a la adoración, ante el mayor misterio de nuestra fe: Dios es uno en su naturaleza, y trino en las personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es familia.
Guía: Con lenguaje poético, se describe el rol de la Sabiduría junto a Dios en la creación del mundo. Nace espontáneamente el deseo de cuidar la naturaleza como obra amorosa de Dios.
Lectura del libro de los Proverbios.
Dice la Sabiduría de Dios: El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre. Yo fui formada desde la eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra. Yo nací cuando no existían los abismos, cuando no había fuentes de aguas caudalosas. Antes que fueran cimentadas las montañas, antes que las colinas, yo nací, cuando Él no había hecho aún la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo. Cuando Él afianzaba el cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte sobre el océano, cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando infundía poder a las fuentes del océano, cuando fijaba su limite al mar para que sus aguas no desbordaran, cuando afirmaba los cimientos de la tierra, yo estaba a su lado como un hijo querido y lo deleitaba día tras día, recreándome delante de Él en todo tiempo, recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres.
Palabra de Dios.
R. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies. R.
Todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes; las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas. R.
Guía: Llamado de Pablo a la fe, a la esperanza que no defrauda, a la alegría en las pruebas, pues nuestra fuerza nace del amor con que Dios nos ha gratificado.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por Él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
Palabra de Dios.
ALELUYA Cfr. Apoc 1, 8
Aleluya. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluya.
Guía: Jesús anuncia que el Espíritu Santo nos revelará la verdad entera sobre él y sobre el Padre.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Ofrecemos en el altar estos dones, que recibimos de su providencia de Padre y que el Espíritu Santo transformará en el Cuerpo y en la Sangre de Jesús.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: La comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo en el Espíritu Santo, es anticipo y promesa de Vida eterna.
DESPEDIDA
Guía: Dios es comunidad, Dios es familia. La Iglesia es la familia de Dios: la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. A nosotros, cristianos, nos corresponde el deber de testimoniarlo con la fe y el amor.