Gloria. Prefacio de los Apóstoles.
Reseña
Felipe fue llamado por Jesús en las orillas del lago de Genesaret, al igual que Andrés y Pedro. Él intervino en la vocación de Bartolomé, diciéndole: “Hemos encontrado al Mesías”, y le presentó a Jesús. Felipe se atrevió a pedir en la Última Cena: “Maestro, muéstranos al Padre y nos basta”; y Jesús le respondió: “Quien me ve a mí, ve también a mi Padre”. Después de Pentecostés, se cree que predicó en Frigia y Laodicea. No hay más noticias de él. De Santiago (el Menor) no aparecen intervenciones en el evangelio. Era pariente de Jesús; tal vez su madre era prima de la Virgen María. Fue el primer obispo de Jerusalén. Presidió el Concilio en esta ciudad. Consiguió la concordia entre los judíos convertidos y los paganos cristianizados. Escribió una carta “a las doce tribus de la dispersión”, que lleva su nombre: “Carta de Santiago”, y fue incluida entre los escritos del Nuevo Testamento.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he transmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Cefás y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.
Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo recuerda el fundamento de su mensaje: la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Este anuncio es consecuencia de haber conocido a la misma persona del Resucitado, quien los encontró de diversas formas a él y a sus compañeros. Esta experiencia sustenta la fuerza evangelizadora de la Iglesia de hoy.
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos; un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo. Allí puso una carpa para el sol. R.
ALELUYA
Aleluya. “Yo soy el Camino, y la Verdad y al Vida. Felipe, el que me ha visto ha visto al Padre”, dice el Señor.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí, hará también las obras que Yo hago, y aun mayores, porque Yo me voy al Padre. Y Yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré.
Palabra del Señor.
Comentario: La inquietud del apóstol Felipe, por conocer al Padre, permite comprender que no es necesario esperar más “apariciones” de Dios, quien ya se reveló totalmente en Jesús. Quien lo conoce encuentra el camino, la verdad y la vida, y por él también conoce al Padre. Quien conoce a Dios se transforma en un misionero, con Jesús y sus Apóstoles.