San León Magno, pa. y d. (MO). Blanco
Leccionario Santoral: Ecli 39, 6-11; Sal 36, 3-6. 30-31; Mt 16, 13-19.
LECTURA Flp 4, 10-19
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos. Hermanos: Yo tuve una gran alegría en el Señor cuando vi florecer los buenos sentimientos de ustedes con respecto a mí; ciertamente los tenían, pero les faltaba la ocasión de demostrarlos. No es la necesidad la que me hace hablar, porque he aprendido a hacer frente a cualquier situación. Yo sé vivir tanto en las privaciones como en la abundancia; estoy hecho absolutamente a todo, a la saciedad como al hambre, a tener de sobra como a no tener nada. Yo lo puedo todo en Aquél que me conforta. Sin embargo, ustedes hicieron bien en interesarse por mis necesidades. Y ya saben, filipenses, que al comienzo de la evangelización, cuando dejé Macedonia, ninguna otra Iglesia me ayudó económicamente. Ustedes fueron los únicos que, cuando estaba en Tesalónica, en dos ocasiones me enviaron medios para asistirme en mis necesidades. No es que yo busque regalos; solamente quiero darles la ocasión de que ustedes se enriquezcan cada vez más delante de Dios. Por el momento, tengo todo lo necesario y más todavía. Vivo en la abundancia desde que Epafrodito me entregó la ofrenda de ustedes, como perfume de aroma agradable, como sacrificio aceptable y grato a Dios. Dios colmará con magnificencia todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo reconoce en la “autarquía” aquella virtud base del sabio helénico, la cual manifiesta un dominio de sí mismo, es decir, que tanto en una situación de abundancia o de escasez siempre se está conforme con lo que se es o se tiene. Pero ese equilibrio no se mantiene con las propias fuerzas, porque el Apóstol no prescinde de Dios y por eso confirma su confianza: “todo lo puedo en Aquél que me da fuerzas”.
SALMO Sal 111, 1-2. 5-6. 8-9
R. ¡Feliz el que teme al Señor!
Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida. R.
Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. R.
Su ánimo está seguro, y no temerá, él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. R.
ALELUIA 2Cor 8, 9
Aleluia. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluia.
EVANGELIO Lc 16, 9-15
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. Jesús decía a sus discípulos: «Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero». Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios». Palabra del Señor.
Comentario: No podemos afirmar que amamos y servimos a Dios, si pasamos de largo ante las necesidades del prójimo. Si la riqueza material es mala en la medida en que cierra al hombre sobre sí mismo y lo hace incapaz de vivir para los otros, entonces es mucho peor la riqueza espiritual, tal como la soberbia de aquellos que se creen justos y desprecian a los demás.