De la feria. Verde. Santa Isabel de Portugal (ML). Blanco.
LECTURA Am 5, 14-15. 21-24
Lectura de la profecía de Amós.
Busquen el bien y no el mal, para que tengan vida, y así el Señor, Dios de los ejércitos, estará con ustedes, como us- tedes dicen. Aborrezcan el mal, amen el bien, y hagan triunfar el derecho en la Puerta: tal vez el Señor, Dios de los ejér-citos, tenga piedad del resto de José. Yo aborrezco, desprecio sus fiestas, y me repugnan sus asambleas. Cuando ustedes me ofrecen holocaustos, no me complazco en sus ofrendas ni miro sus sacrificios de terneros cebados. Aleja de mí el bullicio de tus cantos, no quiero oír el sonido de tus arpas. Que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente inagotable. Palabra de Dios.
Comentario: El profeta advierte al pueblo de Israel del gran peligro que corren si persisten en su malicia. La consigna es: “odiar el mal, hacer el bien y aplicar la justicia por un tribunal”. En este sentido, para Dios la verdadera exigencia de la ley se resumirá en una sola: amor al prójimo, sin el cual no puede haber amor a Dios.
SALMO Sal 49, 7-13. 16-17
R. ¡El justo gozará de la salvación de Dios!
Escucha, pueblo mío, Yo te hablo; Israel, voy a alegar contra ti: Yo soy el Señor, tu Dios. R.
No te acuso por tus sacrificios: ¡tus holo-caustos están siempre en mi presencia! Pero Yo no necesito los novillos de tu casa ni los cabritos de tus corrales. R.
Porque son mías todas las fieras de la selva, y también el ganado de las montañas más altas. Yo conozco los pájaros de los montes y tengo ante mí todos los animales del campo. R.
Si tuviera hambre, no te lo diría, porque es mío el mundo y todo lo que hay en él. ¿Acaso voy a comer la carne de los toros o a beber la sangre de los cabritos? R.
¿Cómo te atreves a pregonar mis man- damientos y a mencionar mi alianza con tu boca, tú, que aborreces toda enseñanza y te despreocupas de mis palabras? R.
ALELUIA Cf. Sant 1, 18
Aleluia. El Padre ha querido engen- drarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación. Aleluia.
EVANGELIO Mt 8, 28-34
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Cuando Jesús llegó a la otra orilla del lago, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?». A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: «Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara». Él les dijo: «Vayan». Ellos salieron y entraron en los cerdos: éstos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio. Palabra del Señor.
Comentario: El rechazo a Jesús por parte del los gadarenos simboliza y anticipa el rechazo de la predicación de la Iglesia en esa localidad de Palestina. Los demonios se saben inferiores y sometidos al Hijo de Dios. Su pregunta y petición manifiesta que, con Jesús, ha llegado ese fin de los tiempos en que Dios intervendrá a favor de los hombres.