La crisis por la que pasa la Iglesia Católica pasó a ser parte del trabajo del X Sínodo de Santiago sobre jóvenes, fe y discernimiento vocacional, afirmó el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Fernando Ramos, casi al concluir el segundo día del encuentro en el Colegio Sagrados Corazones de la Alameda.
El obispo precisó que esta actividad “la hemos preparado desde un año y medio, para reflexionar cómo podemos articular mejor nuestra pastoral vocacional”. Agregó que se desarrolla en el contexto de lo ocurrido la semana pasada en Roma, “que es también un tema que hemos integrado, escuchando a los jóvenes, a todos los sinodales que han estado participando en este encuentro. La realidad nueva que se está produciendo nos ilumina y nos proyecta hacia adelante en la pastoral juvenil”.
El Obispo Auxiliar de Santiago volvió a reconocer que “estamos viviendo una crisis muy importante en la Iglesia Católica, pero sabemos que a la Iglesia Católica la anima, la conduce y la lleva el Espíritu Santo, de manera que esta experiencia del sínodo nos permite, por una parte, recoger lo que estamos viviendo como crisis, pero también proyectarnos hacia adelante, para renovar nuestra forma de vivir como Iglesia y nuestra forma de evangelizar. La idea más fundamental es poder presentar la persona de Jesucristo, que es el centro y el norte de nuestra vida como Iglesia”.
Si bien durante la jornada los sinodales profundizaron en los temas propuestos para el trabajo de la Asamblea – los cuales seguirán en discusión y votación en la jornada final- la situación actual de la Iglesia sigue mediando en los diálogos.
Al respecto, Daniela Nova, encargada de contenidos y metodología del sínodo, señaló que “ha sido una jornada muy agitada, el ánimo no decae, hemos trabajado arduamente, pero siempre movidos por el Espíritu Santo. El primer día trabajamos en círculos menores y hoy hemos mezclado estos grupos, para que se mezclen las opiniones de religiosos, religiosas, laicos jóvenes y adultos”. Indicó que ha habido críticas a la falta de transparencia y de jovialidad en la Iglesia. “Yo veo esta crisis con esperanza en nosotros, los jóvenes, que estamos dispuestos a criticar cuando hay que hacerlo y a hacer los cambios con coraje, sin ningún miedo”.
Jonathan Muñoz, vicario parroquial de la comunidad San Gregorio, en la Zona Sur, 30 años de edad y un año de ordenado sacerdote, destacó la importancia de no haber desconocido al inicio del sínodo la crisis que vive la Iglesia Católica: “Jesucristo se presenta mostrando las heridas”, comentó. También resaltó la necesidad de una cercanía con las víctimas de abuso y tenerlas presente en la pastoral: “Ha sido también un tiempo de escucha, que era para mí algo muy necesario”, añadió el joven sacerdote.
Roberto Vidal, de la pastoral de la Universidad Cardenal Silva Henríquez, indicó que “los jóvenes dan la audacia para transformar las estructuras. Los acontecimientos que hemos tenido nos permiten entregar una nueva savia a los obispos, a las estructuras, y poder generar una transformación en los paradigmas que tenemos para generar procesos”.
El X Sínodo de Santiago concluye este lunes 21, momento en que se entregarán las propuestas pastorales, las que deberán ser procesadas e incluidas en un documento final para la diócesis.