En una Catedral de Santiago colmada de fieles que llegaron a la celebración de “Miércoles de Ceniza”, este mediodía el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, hizo un llamado a la solidaridad con los adultos mayores más pobres del país, dando así inicio a la Campaña de Cuaresma de Fraternidad. La comunidad también rezó por Luis Ceballos, rostro de la campaña, que falleció hace algunas semanas producto de una bala loca que ingresó a su vivienda.
La liturgia se enmarcó en la renovación del compromiso de la Campaña Cuaresma de Fraternidad, cuyos fondos irán por tercer año consecutivo a financiar proyectos en favor del adulto mayor. Por esta razón, a la entrada del templo se entregaron las alcancías –que también se distribuirán en las más de 200 parroquias de Santiago- para ir juntando en ellas los aportes económicos de cada hogar durante este tiempo.
En su homilía, el arzobispo afirmó que este es “un tiempo santo, un tiempo propicio, un tiempo que el Señor nos ofrece para volver a él de todo corazón. Volver al Señor para seguir sus sendas no consiste solamente en actitudes exteriores, sino, sobre todo, en el cambio del corazón”. Más adelante el cardenal Ezzati, citando a san Pablo, invitó a dejarnos reconciliar con Dios, porque solo afianzada en Él la reconciliación tiene futuro. Y agregó: “Hoy día, de una manera muy particular, nosotros, todos, nuestra cultura, nuestro pueblo, nuestro país, nuestra ciudad, necesita dejarse reconciliar con Dios. El tiempo de Cuaresma es un tiempo propicio para ello”.
Resaltó también la campaña Cuaresma de Fraternidad que se inicia “porque justamente nuestra penitencia, nuestras privaciones tienen un gran sentido, el de hacer aumentar el gozo en el corazón de los hermanos, el de hacer crecer la caridad, la solidaridad, la convivencia fraterna. De una manera muy particular este año la campaña Cuaresma de Fraternidad está dirigida a un grupo de personas de nuestra sociedad que sufre muchas veces el abandono y la soledad. Son nuestros hermanos mayores”.
Finalmente, el pastor deseó a todos los fieles “una Cuaresma muy fecunda, que este camino nos lleve al encuentro con Cristo resucitado”. Terminada la homilía, el celebrante bendijo la ceniza y, junto a los diáconos, procedió a impartirla en la frente, con la frase “Conviértete y cree en el Evangelio”, o bien “Recuerda, hombre, que del polvo vienes y al polvo volverás”.
Hacia final de la liturgia, el arzobispo bendijo el material de la Cuaresma: las alcancías, altares y oraciones que se entregaron al principio. A la salida, y con motivo del Día de San Valentín, se entregaron también figuras con forma de corazón, que contenían los cinco carismas del adulto mayor: Experiencia, memoria, interdependencia, gratuidad y contemplación.