Fue al encuentro de la religiosidad nortina. A la zona donde se le baila y canta a la Virgen, en una tradición que profundiza y exterioriza la religiosidad de nuestro pueblo con sus fiestas patronales, sus bailes religiosos, su música y sus trajes. Les hablo a los iquiqueños y a los migrantes. Nos recordó que Iquique es una tierra de sueños, en donde la religiosidad no se limita a los confines del templo, sino que logra vestir al desierto de fiesta. Y, por sobre todo, a ser hospitalarios con los miles de migrantes que buscan construir un hogar en esa zona de nuestro país.
La Misa de Nuestra Señora del Carmen fue la última actividad masiva del Papa. El sector de Playa Lobito, a unos 14 km al sur de Iquique esperaba a los peregrinos, junto a más de 150 sacerdotes y un coro de 125 músicos. Ahí, los presentes presenciaron la coronación de la imagen de la Virgen del Carmen de la Tirana junto con el despliegue de varias cofradías de bailes religiosos. Asimismo, se presentaron las imágenes de San José del Santuario de La Tirana, que representa al primer migrante, y la de San Lorenzo de Tarapacá.
Ahí Francisco le recordó a los asistentes que el Evangelio es fuente de gozo, de alegría. Algo tan típico de las fiestas tradicionales nortinas que hacen del desierto un vergel y del vergel un bosque, tal como escribió el profeta Isaías. “Ustedes saben celebrar cantando y danzando «la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante de Dios. Así llegan a engendrar actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción»”, dijo el Papa.
Nos recordó que a nuestro lado está María, pendiente de todos los detalles, como madre, mujer, esposa, dueña de casa, para susurrar en el oído de Jesús nuestras necesidades, tal como en Caná. “María anda por nuestros poblados, calles, plazas, casas, hospitales. María es la Virgen de la Tirana; la Virgen Ayquina en Calama; la Virgen de las Peñas en Arica, que anda por todos nuestros entuertos familiares, esos que parecen ahogarnos el corazón para acercarse al oído de Jesús y decirle: mira, «no tienen vino»”, manifestó.
SOLIDARIDAD CON LOS MIGRANTES
También el Papa tuvo un momento para referirse a la realidad de los migrantes, recordando que Iquique es una zona que ha sabido albergar a gentes de muchos pueblos, que arriban con la esperanza de un futuro mejor. “Iquique es una zona de inmigrantes que nos recuerda la grandeza de hombres y mujeres; de familias enteras que, ante la adversidad, no se dan por vencidas y se abren paso buscando vida”, explicó.
Francisco invitó a los Iquiqueños –y porque no, a todos los chilenos- a ser hospitalarios, a aprender de la riqueza del migrante, pero por sobre todo, a estar atentos a las situaciones de injusticia que los aquejan, tendiéndoles una mano cuando lo necesiten. Una idea que es fiel reflejo de la cultura del encuentro que impulsa el Santo Padre.
“Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta. Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en «regla». Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias”, indicó.
Para el Papa, Iquique es tierra de sueños, de esperanza para quienes llegan a nuestro país. Sin embargo, enfatizó que solo a través de la solidaridad se puede aliviar la mochila con miedos e incertidumbre que traen consigo.
“No tengamos miedo a «dar una mano», y que nuestra solidaridad y nuestro compromiso con la justicia sean parte del baile o la canción que podamos entonarle a nuestro Señor. Aprovechemos también a aprender y a dejarnos impregnar por los valores, la sabiduría y la fe que los inmigrantes traen consigo. Sin cerrarnos a esas «tinajas» llenas de sabiduría e historia que traen quienes siguen arribando a estas tierras. No nos privemos de todo lo bueno que tienen para aportar”, agregó.
Rodrigo Miranda Sánchez