La conmemoración, el 1 de noviembre, es instituida por el papa Gregorio III (731- 741), quien consagra una capilla de la Basílica de San Pedro, en honor a todos los santos, para honrar a aquellos que no figuran en el santoral. El papa Gregorio IV (827-844), a mediados el siglo IX, la hace extensiva a toda la Iglesia.
Los santos son declarados por el Sumo Pontífice. Cada uno de ellos constituye un modelo moral o un guía, cuyo comportamiento puede ser seguido e imitado por los fieles.
Este título amerita un estudio profundo del estilo de vida del candidato, con la finalidad de determinar si realmente es ejemplar para ser declarado siervo de Dios.
Si además se comprueba que posee virtudes heroicas, es declarado Venerable. Seguidamente, si le es atribuido algún milagro, científicamente inexplicable, es declarado beato.
Y, por último, si se comprueba un nuevo milagro producido por su intercesión, es oficialmente declarado santo.
SANTOS CHILENOS: Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones, de la Orden de las Carmelitas descalzas, más conocida como santa Teresa de Los Andes (1900-1920), y el sacerdote jesuita san Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952). Ella es canonizada el 21 de marzo de 1993, mientras que el fundador del Hogar de Cristo, el 23 de octubre de 2005.
En proceso de canonización: nueve chilenos y catorce extranjeros:
BEATOS: Laura Vicuña (1891-1904), Ceferino Namuncurá (1886-1905), José Agustín Fariña (1879-1936).
VENERABLES: fray Pedro de Bardesio (1641-1700), Antonia Dorotea de Chopitea (1816-1891), Mariano Avellana (1824-1904), María Crescencia Pérez (1897-1932).
SIERVOS DE DIOS: Mario Hiriart Pulido (1931-1964), Martín de Aranda (1560- 1612), Horacio Vecchi (1577-1612), Diego de Montalbán (+1612), Juan Pedro Mayoral (1678-1754), María del Carmen Benavides (1777-1849), fray Andrés García Acosta (1800-1853), Pedro Marcer (1824-1927), María de San Agustín Fernández (1835-1928), Bernarda Morín (1832-1929), José María Caro (1866-1958), monseñor Francisco Valdés Subercaseaux (1908-1982), Guillermo Hartl de Laufen (1904-1977), Rufino Zazpe (1891-1977), Esteban Gumucio (1914-2001), José Cappel (1908-2004).
En Chile es posible ser santo. Debemos considerar también a muchos compatriotas que, sin ser presbíteros o religiosas o consagrados laicos, anónimamente, viven o han vivido santamente.
En Jesús, María y Pablo:
El Director