La Biblia es el libro más leído y traducido a más idiomas en el mundo. Se estima que, universalmente, son distribuidos, cada año, unos veinte millones de ejemplares.
La palabra proviene del griego y significa “los libros”. Luego pasó al latín y de allí a las lenguas occidentales, como una palabra singular y femenina que designa la colección de libros sagrados.
En septiembre, junto con la llegada de la primavera, celebramos el Mes de la Patria. Para la Iglesia católica chilena es el Mes de la Biblia.
¿Por qué septiembre? Es en honor a san Jerónimo, quien traduce la Biblia del griego y hebreo al latín. A esta traducción se le llama “Vulgata”, palabra que viene de “vulgo”: pueblo común y corriente. En esos años, la Biblia estaba restringida solo a los eclesiásticos y ahora, con esta traducción, la Palabra de Dios puede ser leída por todos.
San Jerónimo nace en Dalmacia (Yugoslavia) en el año 342 y dedica toda su vida al estudio de las Sagradas Escrituras. Muere el 30 de septiembre del año 420, a los 78 años.
Para las Iglesias Protestantes y Evangélicas, septiembre también es el Mes de la Biblia, que conmemora la primera impresión de la Biblia en español, el 26 de septiembre de 1569, la llamada “Biblia del oso” (en la portada tiene un dibujo de un oso comiendo miel de un panal), traducida por Casiodoro de Reina. En esa oportunidad, se imprimen, en Basilea, Suiza, 2.600 ejemplares. Posteriormente, en 1602, esta edición, es revisada por Cipriano de Valera, lo que da origen a la versión “Reina Valera” (también conocida como la Biblia del cántaro).
Argentina y Honduras son otros países que también celebran el Mes de la Biblia en septiembre. Colombia y Venezuela lo hacen en octubre. El Salvador en diciembre. En varios países de habla inglesa se celebra un domingo de octubre. A nivel mundial, se celebra el “Día internacional de la traducción” el 30 de septiembre.
En SAN PABLO, el estudio, promoción y difusión de la Biblia está al centro de nuestra misión evangelizadora; por esta razón, el beato Santiago Alberione, fundador de la Sociedad de San Pablo, da inicio, en 1924, al CENTRO BÍBLICO SAN PABLO (ex SOBICAIN), para la formación de animadores de grupos bíblicos.
Porque la palabra de Dios siempre se abre paso, como el arado en la tierra, haciendo un surco profundo, en donde caerá la semilla, que nos hará germinar el ciento por uno. Leamos la Biblia, meditemos con la Biblia, dejémonos interpelar por la Biblia.
En Jesús, María y Pablo,
El Director