Agosto es tradicionalmente en Chile un mes que consagramos a la solidaridad. El día 18, por ejemplo, se celebra el Día Nacional de la Solidaridad, en el aniversario de la pascua de san Alberto Hurtado. Estos días invitan a pensar en la pobreza y los pobres, en el hermano que sufre, en la justicia social, la igualdad de oportunidades, y en el tipo de sociedad que estamos construyendo. Y sobre todo a preguntarnos, ¿qué estamos haciendo al respecto?
Los invitamos a considerar las siguientes lecturas, para motivarnos a la reflexión. La base del pensamiento social de la Iglesia lo podemos encontrar, precisamente, en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, en donde los lectores podrán encontrar los motivos que la impulsan a actuar en este ámbito, con el fin de promover el diálogo, el encuentro que permita avanzar hacia el bien común.
Otra lectura sugerida es Por el camino de la justicia y la solidaridad, de Jorge Lozano. En este libro, el autor propone superar la fragmentación y el individualismo, para que nuestro andar de discípulos y misioneros interpele la aceptación cómoda de las situaciones injustas y sacuda la pereza para poner manos a la obra y encarnar los valores en el camino cotidiano en que se desenvuelve nuestra vida.
Fraternidad y solidaridad en Mateo es otra opción, ya que ambos valores parecen estar en la cima de las propuestas éticas hechas por Jesús de Nazaret. Sus actitudes frente a las personas, sus enseñanzas, sus gestos, sus sueños sobre una sociedad diferente, tienen como pilares la paternidad de Dios y sus consecuencias lógicas, esto es, la fraternidad y solidaridad entre los seres humanos. El primer evangelio recoge el núcleo principal de esta propuesta.
Y para no quedarnos solo en la reflexión, te presentamos dos obras que hablan acerca de dos personas que hicieron vida la causa de los pobres, de los necesitados. Alberto, alma y calle, en formato de cómic, narra la vida de un hombre fundamental para la Iglesia en Chile, que supo enfrentar los estigmas sociales y superar la frialdad de una época de temor y sospecha. Monseñor Óscar Romero, evangelizador en tiempos de injusticia, reciente lanzamiento de la editorial, da cuenta de la acción evangelizadora del arzobispo salvadoreño, que encaminó a la Iglesia de su país hacia la opción por los pobres, camino exigente de santidad, que lo vio sufrir la misma realidad que su pueblo: el martirio.