Santo Domingo, p. (MO). Blanco.
Prefacio Santos Pastores
Leccionario Santoral: 1Cor 2, 1-10; Sal 95, 1-3. 7-8. 10; Lc 9, 57-62.
LECTURA Núm 12, 1-13
Lectura del libro de los Números.
En aquellos días: Miriam y Aarón se pusieron a murmurar contra Moisés a causa de la mujer cusita con la que este se había casado. Moisés, en efecto, se había casado con una mujer de Cus. “¿Acaso el Señor ha hablado únicamente por medio de Moisés?, decían. ¿No habló también por medio de nosotros?”. Y el Señor oyó todo esto. Ahora bien, Moisés era un hombre muy humilde, más humilde que cualquier otro hombre sobre la tierra. De pronto, el Señor dijo a Moisés, a Aarón y a Miriam: “Vayan los tres a la carpa del encuentro”. Cuando salieron los tres, el Señor descendió en la columna de la nube y se detuvo a la entrada de la carpa. Luego llamó a Aarón y a Miriam. Los dos se adelantaron, y el Señor les dijo: “Escuchen bien mis palabras: Cuando aparece entre ustedes un profeta, yo me revelo a él en una visión, le hablo en un sueño. No sucede así con mi servidor Moisés: él es el hombre de confianza en toda mi casa. Yo hablo con él cara a cara, claramente, no con enigmas, y él contempla la figura del Señor. ¿Por qué entonces ustedes se han atrevido a hablar contra mi servidor Moisés?”. Y lleno de indignación contra ellos, el Señor se alejó. Apenas la nube se retiró de encima de la Carpa, Miriam se cubrió de lepra, quedando blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia ella y vio que estaba leprosa, dijo a Moisés: “Por favor, señor, no hagas pesar sobre nosotros el pecado que hemos cometido por necedad. No permitas que ella sea como el aborto, que al salir del seno materno ya tiene consumida la mitad de su carne”. Moisés invocó al Señor, diciendo: “¡Te ruego, Dios, que la sanes!”. Palabra de Dios.
Comentario: En el relato se puntualiza que Moisés no es el único profeta; y por lo tanto, este cuestionamiento será la antesala de las tensiones y luchas en el profetismo. No es que Moisés se postule como el más grande profeta; al contrario, él aparece paciente y humilde, intercediendo por los suyos, que son los que cuestionan su liderazgo y la situación de precariedad que ha vivido el pueblo.
SALMO Sal 50, 3-7. 12-13
R. ¡Piedad, Señor, porque pequé contra ti!
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! R.
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. R.
Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable; yo soy culpable desde que nací; pecador me concibió mi madre. R.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.
ALELUIA Mt 4, 4
Aleluia. El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluia.
EVANGELIO Mt 15, 1-2. 10-14
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Unos fariseos y escribas de Jerusalén se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros antepasados y no se lavan las manos antes de comer?». Jesús llamó a la multitud y le dijo: «Escuchen y comprendan. Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella». Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: «¿Sabes que los fariseos se escandalizaron al oírte hablar así?». Él les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. Déjenlos: son ciegos que guían a otros ciegos. Pero si un ciego guía a otro, los dos caerán en un pozo». Palabra del Señor.
Comentario: El mar, en términos bíblicos, siempre se relaciona con el caos y el peligro. El Señor, al mostrarse como quien domina la naturaleza, infunde paz y confianza. Sin embargo, Pedro no teme porque se hunde sino porque teme. Cuando los discípulos ven a Jesús que camina y tiene poder sobre las aguas, entonces afirman: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”.