14º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año. Semana 2ª del Salterio.
Jesús, paciente y humilde de corazón
Jesús sufre el rechazo por parte de las autoridades políticas y religiosas de su época. Estos sabios e inteligentes no aceptaban su señorío, sus enseñanzas y pertenecían a una élite, que catalogaba al pueblo de “maldito” por el solo hecho de no conocer, entender y no practicar la Ley. Pensaban que Dios estaba lejos de los que eran incultos y pobres. Dice Jesús: revelaste estas cosas a los más pequeños…esta élite no es capaz de reconocer y percibir que estar a favor de los más postergados, es contribuir al proyecto de Dios. Su autosuficiencia y seguridad los ha llevado a menospreciar a las clases más populares. ¿Será que la élite está condenada al fatalismo deseado por Dios? Ciertamente que no; pero Dios no se oculta, él se revela en su Hijo. El problema con los sabios e inteligentes es que por considerarse una “élite”, ya rechazaron lo que Jesús dijo e hizo.
Nos encontramos con un problema muy actual que es el de la autoridad. Jesús entró en conflicto con los mandos religiosos y políticos. Su autoridad no vino para ser aplaudida o servida, sino para ponerla al servicio de los pequeños del Reino. La autoridad de Jesús se va revelando a través de sus dichos y obras, solo así su Padre actúa en él. Cuántas veces anhelamos que Dios se manifieste y diga ¡basta! a tanta iniquidad, soberbia y estupidez. Sin embargo, Jesús no se muestra en esos corazones que aún no asumen su responsabilidad a favor de los más pequeños. Es inútil atribuir a Dios lo que es consecuencia de la propia autosuficiencia y ceguedad de un corazón egoísta.
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados… es la invitación para abrazar, cada vez que la vida no nos sonríe y quedamos perplejos esperando que alguien nos considere. Sin Jesús arrastramos nuestro yugo con amargo dolor, con Jesús lo llevamos en lágrimas de amor. Entonces ¿cuál es la novedad de su yugo? Es que él trae una forma nueva de enseñar y vivir la ley: incorpora a los más postergados de la sociedad, para vivir en la justicia y en la misericordia, que vienen de él y del Padre.
“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré”, Mt 11, 28.
P. Fredy Peña T., ssp
1ª LECTURA Zac 9, 9-10
Lectura de la profecía de Zacarías.
Así habla el Señor: ¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna. Él suprimirá los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén; el arco de guerra será suprimido y proclamará la paz a las naciones. Su dominio se extenderá de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. Palabra de Dios.
Comentario: La paz y la alegría que anuncia el profeta es aquella que no proviene del aparato bélico o de las guerras, sino aquella pacifista expresada en el signo de cabalgar sobre un asno, costumbre antigua de los reyes amigos. Estos, con sencillez y convicción anunciaban la paz a su pueblo.
SALMO Sal 144, 1-2. 8-11. 13-14
R. Bendeciré tu nombre eternamente.
Te alabaré, Dios mío, a ti, el único rey, y bendeciré tu nombre eternamente; día tras día te bendeciré, y alabaré tu nombre sin cesar. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. R.
El Señor es fiel en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados. R.
2ª LECTURA Rom 8, 9. 11-13
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes. Hermanos, nosotros no somos deudores de la carne, para vivir de una manera carnal. Si ustedes viven según la carne, morirán. Al contrario, si hacen morir las obras de la carne por medio del Espíritu, entonces vivirán. Palabra de Dios.
Comentario: Este nuevo poder lo describe Pablo, en oposición a la Ley del pecado y de la muerte. El ser humano abandonado a sus propias fuerzas no puede medirse con su enemigo, “el pecado”, pues su derrota significa la muerte total o la ausencia de Dios.
ALELUIA Cfr. Mt 11, 25
Aleluia. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluia.
EVANGELIO Mt 11, 25-30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús se presenta a sí mismo como revelación del Padre e invita a todos los abatidos, a los marginados o discriminados y les propone llevar otro yugo: el de la libertad, que exige humildad; es decir, honestidad, capacidad de diálogo y tolerancia.