Cristo, agua de vida eterna
Motivación de entrada
En este tercer domingo de Cuaresma, la liturgia, con el simbolismo del agua, nos ayuda a revivir nuestro bautismo.
Acto penitencial
Hoy nos arrepentimos por no haber vivido con mayor plenitud las renuncias y las promesas del bautismo.
Colecta
Invoquemos a la misericordia de Dios: que nos ayude a tomar los medios para superar nuestras culpas.
LECTURAS CICLO A
Primera lectura: Éxodo 17, 1-7.
Dios sacia la sed de su pueblo. Más allá de las murmuraciones por los males presentes, nos invita a ponernos en marcha, pues la esperanza puesta en él no defrauda.
Segunda lectura: Romanos 5, 1-2.5-8.
Cristo Jesús se ofreció por nuestra salvación al Padre, cuando todavía éramos pecadores. Él destruye nuestros pecados, pero también pide nuestra confianza y respuesta.
Evangelio: Juan 4, 5-42 (o bien: 4, 5-15. 19-26.39.40-42).
El evangelio habla del encuentro de Jesús con la Samaritana. También, hoy día, él sigue dando el agua de vida eterna a quienes se le acercan de verdad.
Oración de los fieles
Presentación de las ofrendas
Con los dones del pan y del vino, ponemos sobre el altar nuestro deseo de perdonar sinceramente a nuestros hermanos.
Comunión
Hoy nos preguntamos, como otras veces: ¿Qué haría Cristo si estuviera en mi lugar? La respuesta concreta: “Hasta que nos duela”, marca la medida de nuestra unión con Cristo.
Despedida
En un mundo consumista, olvidado de los valores que dan sentido a la existencia, nos comprometemos a ser agua viva, como Cristo, para nuestros hermanos menos favorecidos y que no han tenido la oportunidad de cultivarse.