Santos Simón y Judas, ap. (F). Rojo.
Gloria. Prefacio de los Apóstoles.
Reseña: A estos dos Apóstoles se los celebra juntos dado que, según una antigua tradición, se dice que ambos llevaron la Palabra de Dios a Egipto y la Mesopotamia, luego de la Ascensión del Señor a los Cielos. De san Judas Tadeo se tiene una carta en la Biblia, desde donde ataca a aquellos que dicen tener fe, pero no la practican en la vida concreta. Ambos murieron mártires; por el modo de su muerte, a Simón las esculturas lo pintan con una sierra y a san Judas Tadeo, con un hacha en la mano.
LECTURA Ef 2, 19-22
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu. Palabra de Dios.
Comentario: Desde su conversión, Pablo cambia radicalmente su manera de pensar y vivir: Cristo es ahora su “piedra angular”, y no necesita aferrarse a las leyes recibidas de sus padres. Cristo es su nueva ley y de él, que no vino a anular sino a llevarla a su plenitud, se desprende su conducta intachable.
SALMO Sal 18, 2-5
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabra, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
ALELUIA
Aleluia. ¡A ti, Dios, te alabamos y cantamos! ¡A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles! Aleluia.
EVANGELIO Lc 6, 12-19
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor.
Comentario: Antes de elegir a los Apóstoles, Jesús dialoga con su Padre. En todo momento es necesario escuchar las insinuaciones del Señor y seguirlas con fe. Jesús nos enseña a “dialogar” con nuestro Padre, vale decir, a escucharlo y responderle. No bastan las oraciones hechas de memoria.