27º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año. Semana 3ª del Salterio.
El universo del corazón humano
En los evangelios, encontramos dos formas de oraciones de la gente a Jesús: le confían la necesidad de la sanación de sus dolencias físicas, piedad por las situaciones dolorosas, perdón de los pecados, y le piden que les aumente la fe. Todo lo que anida en nuestro corazón de sufrimientos y misterios puede entrar en estas dos categorías.
Sin fe no hay vida posible: nos humanizamos desde el feto hasta la vejez, si confiamos totalmente en otras personas, comenzando por nuestra madre. Esa es la fuerza que nos mantiene vivos y que, cuando falta, abre ante nosotros un abismo de muerte.
Jesús responde a sus discípulos que les bastaría con una fe del tamaño microscópico de una semilla de mostaza para cumplir milagros extraordinarios. No es cuestión de cantidad, sino de calidad. La fe de los seguros, de los que se sienten salvados y protegidos por Dios manifiesta que son los más necesitados de conversión, para dejar que Dios maneje sus vidas y no ellos la voluntad de Dios.
Quien tiene fe se abandona en los brazos de Dios como un bebé en los de su mamá y de su papá. Es el único lugar del universo en el que se encuentran seguros. El amor de un bebé es inmensurable. Sin sus padres se siente una nada. Con sus padres lo puede todo.
Podemos contemplar los mares llenos de árboles… Más allá de la metáfora, es realidad cuando los misioneros viven en lugares imposibles, cuando los cristianos perseguidos dan la vida, cuando las religiosas cuidan a los que el mundo rechaza como deshechos, cuando los muros del odio caen, cuando el amor no se rinde, aun cuando en años no se observan resultados. Porque no es el éxito lo que importa, sino el amor con que se hace.
Somos siervos inútiles también cuando vemos resultados, porque la obra es de Dios y no nuestra.
“Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza” (Lc 17, 6).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Nos disponemos a participar de la Eucaristía dominical proclamando nuestra fe, pequeña como un grano de mostaza, aunque reconociendo que Dios creó todas las maravillas que existen bajo del cielo. Rogaremos para que esta fe madure en la realización de nuestras buenas obras.
1ª LECTURA Hab 1, 2-3; 2, 2-4
Guía: Ante las dificultades la persona de fe sabe que, tarde o temprano, Dios vendrá en su auxilio.
Lectura de la profecía de Habacuc.
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que Tú escuches, clamaré hacia ti: «¡Violencia», sin que Tú salves? ¿Por qué me haces ver la iniquidad y te quedas mirando la opresión? No veo más que saqueo y violencia, hay contiendas y aumenta la discordia. El Señor me respondió y dijo: Escribe la visión, grábala sobre unas tablas para que se la pueda leer de corrido. Porque la visión aguarda el momento fijado, ansía llegar a término y no fallará; si parece que se demora, espérala, porque vendrá seguramente, y no tardará. El que no tiene el alma recta, sucumbirá, pero el justo vivirá por su fidelidad. Palabra de Dios.
SALMO Sal 94, 1-2.6-9
R. ¡Ojalá hoy escuchen la voz del Señor!
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.
¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: «No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras». R.
2ª LECTURA 2Tim 1, 6-8.13-14
Guía: Consciente que los dones de Dios se pueden apagar, Pablo exhorta a Timoteo para que reavive aquellos que ha recibido, por la fuerza del Espíritu.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí. Conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros. Palabra de Dios.
ALELUIA 1Pe 1, 25
Aleluia. La palabra del Señor permanece para siempre. Ésta es la palabra que les ha sido anunciada: el Evangelio. Aleluia.
EVANGELIO Lc 17, 3-10
Guía: El evangelio nos invita a considerar cómo está nuestra fe. La fe se exterioriza en nuestras buenas obras.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Dijo el Señor a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo». Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». Él respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, ella les obedecería. Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando éste regresa del campo, ¿acaso le dirá: “Ven pronto y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después”? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El pan y el vino que ofrecemos, fruto de muchos granos esparcidos, sean signo de la unidad de toda la familia humana.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Mientras nos acercamos a comulgar pensemos en lo que Pablo escribe a los corintios (1Cor 10, 17): “Uno solo es el pan, y nosotros, aun siendo muchos, somos un solo cuerpo, porque todos compartimos un único pan y un único cáliz”.
DESPEDIDA
Guía: Con nuestro deseo de ser testimonio de nuestra fe en Cristo, vayamos a comunicar a todos que Dios existe, vive y se revela a todos, con su amor y misericordia.