San Juan Diego de América (MO). Blanco.
Prefacio de Santos o Adviento. Leccionario Santoral: Lev 19, 12. 17-19 (o bien: Hech 42, 32-35); Sal 14, 2-5; Mt 4, 25-5,12.
Reseña: Juan Diego nació, en el año 1474 en el “Calpulli” de Tlayacac, en Cuauhtitlán, México. Perteneció a la clase baja del Imperio Azteca, sin llegar a ser esclavo. Como laico se dedicó a trabajar la tierra y a fabricar mantas. Cuando se le apareció la Virgen tenía 57 años, edad avanzada para este tiempo, cuando la expectativa de vida masculina sobrepasaba apenas los 40 años. Después del milagro de Guadalupe, Juan Diego pasó su vida dedicado a la difusión de las apariciones. Murió el 30 de mayo del año 1548. En el año 2002, san Juan Pablo II lo canonizó. Muy venerado entre las comunidades indígenas de América Latina.
LECTURA Is 40, 25-31
Lectura del libro de Isaías.
Dice el Santo: «¿A quién me van a asemejar, para que yo me iguale a Él?» Levanten los ojos a lo alto y miren: ¿quién creó todos estos astros? El que hace salir a su ejército uno por uno y los llama a todos por su nombre: ¡su vigor es tan grande, tan firme su fuerza, que no falta ni uno solo! ¿Por qué dices, Jacob, y lo repites tú, Israel: «Al Señor se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios»? ¿No lo sabes acaso? ¿Nunca lo has escuchado? El Señor es un Dios eterno, Él crea los confines de la tierra; no se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. Él fortalece al que está fatigado y acrecienta la fuerza del que no tiene vigor. Los jóvenes se fatigan y se agotan, los muchachos tropiezan y caen. Pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, despliegan alas como las águilas; corren y no se agotan, avanzan y no se fatigan. Palabra de Dios.
Comentario: A los que no daban crédito a sus palabras, el Profeta los motiva a despertar y a recuperar la memoria: Dios ha creado cuanto existe y siempre, sea en los momentos favorables como difíciles, nos acompaña en el camino.
SALMO Sal 102, 1-4. 8.10
R. ¡Bendice, alma mía, al Señor!
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
ALELUIA
Aleluia. El Señor viene a salvar a su pueblo. Felices los preparados para salir a su encuentro. Aleluia.
EVANGELIO Mt 11, 28-30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús tomó la palabra y dijo: Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana. Palabra del Señor.
Comentario: A los que pueden estar pasando momentos difíciles, el Maestro los invita a aprender de él, creyendo que todo será posible. Basta que dejemos que su gracia actúe. ¿Hemos aprendido este camino? ¿O seguimos encerrados sin esperanza?