San Mateo, ap. y ev. (F). Rojo.
Gloria. Prefacio de los apóstoles.
Reseña
Lo encontramos en las listas de los Doce apóstoles (Mt 10, 3; Mc 3, 18; Lc 6, 15; Hech 1, 30) y en su evangelio como el publicano (10, 13) que, sentado en la oficina de cobro de impuestos, Jesús invita a seguirlo (9, 9) y él, dejándolo todo, responde con prontitud. Es el pecador público que, experimentado el perdón y la misericordia, forma parte del grupo de los más cercanos seguidores de Jesús y continuadores del anuncio del Reino. Se lo representa junto a un ángel que le inspira, desde el cielo, aquello que debe escribir en su evangelio.
LECTURA Éf 4, 1-7. 11-13
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Hermanos: Yo, que estoy preso por el Señor, les exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos. Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido. Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo. Palabra de Dios.
Comentario: Desde la cárcel, Pablo invita a los efesios a vivir la vocación personal en el contexto de la comunidad eclesial, cultivando los propios dones a favor de la edificación de la Iglesia y viviendo en armonía (no en lucha) con los demás fieles. ¿Qué hacemos por superar nuestras diferencias?
SALMO Sal 18, 2-5
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra, y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
ALELUIA
Aleluia. A ti, Dios, te alabamos y cantamos; a ti, Señor, te alaba el coro celestial de los Apóstoles. Aleluia.
EVANGELIO Mt 9, 9-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué vuestro Maestro come con publicanos y pecadores?”. Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: “Prefiero la misericordia al sacrificio”. Porque Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús aterriza sus palabras a su preocupación por salvar a todos, invitando a un pecador que lo siga y sentándose a la mesa con ellos. ¿Cómo hemos entendido este mensaje de Jesús? ¿Pertenecemos al grupo de selectos de siempre? ¿Qué hacemos por salir a buscar a los más alejados?