5º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Un sábado en Cafarnaúm
El evangelio nos dice que Jesús y su pequeño grupo ya estaban en Cafarnaúm. Por eso, fueron a la sinagoga del pueblo como todos los fieles hebreos. Allí los sorprendió con su enseñanza, un endemoniado, que hasta ese momento no parecía tal, se alteró, y el Señor lo liberó. La gente se sorprendía. Al salir se dirigieron a la casa de Pedro.
La suegra, lo que quiere decir que Pedro estaba casado con su hija, está con fiebre o acalorada, como sugiere el texto griego. Puede ser por una enfermedad, por infección o también cuando nos acaloramos porque una situación irritante nos enferma… No era para menos lo que había sucedido en esa casa. Pedro había decido dejar oficio y familia para seguir a un maestro del cual no se hablaba bien, que no tenía domicilio fijo, predicaba una novedad acerca de Dios, la Ley y el hombre que descompaginaba creencias y tradiciones… Podemos imaginar ese hogar revolucionado, sea que en ese momento la mujer de Pedro estuviera viva o él ya fuera viudo… Ese hogar quedaba desprotegido…
Muchas veces, es mucho más fácil sanar de una enfermedad que de situaciones familiares con relaciones rotas, que también enferman.
La suegra recobra la salud física y familiar y se dispone a servirlos… El Maestro ahora forma parte de su casa, y sabemos que otras veces fijará domicilio temporario en Cafarnaúm.
Pero el día no había terminado. El episodio de la sinagoga fue comentado en el pueblo y en las cercanías, y toda la gente se agolpó frente a la casa. Jesús continuó enseñando y sanando hasta la noche…
Temprano se levantó y, solo, respetando el sueño de los demás, fue a un lugar solitario a rezar. Salieron a buscarlo para decirle que todos lo necesitaban… Jesús no accedió y se dirigió a otros pueblos para enseñar en las sinagogas y sanar a los enfermos…
Hoy pasa por nuestra comunidad para enseñar y sanar.
“Fue por toda Galilea predicando en las sinagogas” (Mc 1, 39).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Nada mejor para introducir esta liturgia que el salmo 94: “Venid, adoremos al Señor, postrados ante él que nos ha creado; él es el Señor, nuestro Dios”.
PRIMERA LECTURA Jb 7, 1-4. 6-7
Guía: En sus lamentaciones, el libro de Job nos recuerda lo efímera que es nuestra vida.
Lectura del libro de Job.
Job habló diciendo: ¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas las de un asalariado? Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal, así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor. Al acostarme, pienso: «¿Cuándo me levantaré?» Pero la noche se hace muy larga y soy presa de la inquietud hasta la aurora. Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin. Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad. Palabra de Dios.
SALMO Sal 146, 1-6
R. Alaben al Señor, que sana a los afligidos.
¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios, qué agradable y merecida es su alabanza! El Señor reconstruye a Jerusalén y congrega a los dispersos de Israel. R.
Sana a los que están afligidos y les venda las heridas. Él cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre. R.
Nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene medida. El Señor eleva a los oprimidos y humilla a los malvados hasta el polvo. R.
SEGUNDA LECTURA 1Cor 9, 16-19. 22-23
Guía: Pablo se hace servidor de todos para ganar “aunque sea a algunos” a la causa de Cristo.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión. ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Predicar gratuitamente el Evangelio, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere. En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio. Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 8, 17
Aleluia. Cristo tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades. Aleluia.
EVANGELIO Mc 1, 29-39
Guía: Jesús es presentado en su misión sanadora, en su evangelización dirigida a todos y en su vida de oración con el Padre Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando». Él les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido». Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El pan y el vino, dones del Señor, los recibimos y los ofrecemos desde nuestra pobreza, para que sean ayuda a nuestra debilidad.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Cristo calma todos los deseos de quienes se acogen a su misericordia.
DESPEDIDA
Guía: Unidos por un solo pan y un solo cáliz, nos proponemos dar frutos de Vida eterna, en lo cotidiano.