5º de Pascua. Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de Pascua.
Cuánto amaba Jesús a Judas
Durante la Última Cena, Jesús lavó los pies a sus Apóstoles. Este gesto los había conmovido aunque no entendían completamente el significado. Ellos se habían preparado para la fiesta y se habían purificado.
La intimidad de la cena fue interrumpida por una revelación inesperada y terrible de Jesús: “Uno de ustedes me traicionará”. Todos pensaron: “¡imposible!”. Y comienzan a preguntar quién era.
Para nosotros el hecho que Jesús declare que era a quien él daba el primer bocado aparece como una acusación. Para los Apóstoles y Jesús fue la última prueba de amor que Jesús dio a Judas.
En aquel tiempo, el que presidía un banquete lo iniciaba dando un bocado de pan mojado en la salsa o con comida a un comensal. Con eso, le demostraba que lo prefería y lo quería distinguir entre los demás.
Con ese gesto, Jesús no lo delata, sino que le demuestra que a pesar de lo que estaba maquinando y haciendo, él lo amaba, y lo amaba hasta el fin. Como si le dijera: “No quieres amarme, pero yo te quiero igual”. Judas rechaza este gesto de Jesús, se cierra, consuma la traición con un beso y después muere.
En evangelio dice que Judas recibió el bocado, pero no lo comió. Salió enseguida aprovechando la coartada que le ofrecía Jesús de ir pronto a hacer lo que debía. Solo ellos dos sabían de qué hablaban.
El amor es impotente frente a la insensibilidad, pero la persona insensible es impotente frente a la ruina que lo devora. Judas quería acallar su conciencia pero no pudo y terminó suicidándose.
Jesús, omnipotente, no pudo romper el muro del corazón de Judas.
En ese momento el Señor nos dejó su testamento: el único mandamiento del amor con el cual se medirá nuestra fe y con el que él quiere entrar en nuestro corazón por la puerta ancha y abierta sin tener que perforar una muralla.
“Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros” (Jn 13, 34).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: La liturgia de este quinto domingo de Pascua, nos retrotrae a la Última Cena y, aún con el trasfondo de la traición de Judas, Jesús entrega el Mandamiento del amor como elemento distintivo de sus discípulos.
1ª LECTURA Hech 14, 21-27
Guía: En su viaje misionero, Pablo y Bernabé animaron a los creyentes a mantenerse firmes en la fe, a pesar de las tribulaciones.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia. Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad, establecieron presbíteros, y con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a Atalía. Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir. A su llegada, convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos. Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 8-13
R. Bendeciré tu Nombre eternamente, Dios mío, el único Rey.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. R.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino: tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre. R.
2ª LECTURA Apoc 21, 1-5
Guía: La lectura del Apocalipsis es esperanzadora, ya que presenta al Señor que vive entre nosotros y anuncia que llegará el día en que nos quitará toda aflicción y hará nuevas todas las cosas.
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: “Esta es la carpa de Dios entre los hombres: Él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será con ellos su propio Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó”. Y el que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Palabra de Dios.
ALELUIA Jn 13, 34
Aleluia. “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros, como Yo los he amado”, dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Jn 13, 31-35
Guía: Despidiéndose de sus discípulos, Jesús les recuerda el mandamiento del amor. Solo serán reconocidos, como sus discípulos, si se aman como él nos ha amado.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Durante la Última Cena, después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como Yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros”. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con el pan y el vino, presentamos la actividad misionera de toda la Iglesia y nuestro compromiso de amarnos como Jesús nos ha amado.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: “Yo soy la vid verdadera y vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto”. Con esta expresión de Jesús, nos acercamos con fe a recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor.
DESPEDIDA
Guía: Luego de escuchar la Palabra de Dios y alimentarnos con la Eucaristía, nos despedimos dispuestos a amarnos más y mejor, unos a otros, como signo de que verdaderamente somos discípulos de Jesús.