4º de Pascua. Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de Pascua.
Jornada mundial de oración por las vocaciones.
Cuando Jesús se presenta como buen pastor, puede florecer en nosotros una figura tierna o campesina de un buen hombre en medio de sus ovejas. La realidad que muestra el evangelio es muy distinta: es la de una persona capaz de dar su vida para salvar a sus ovejas del peligro.
Quienes escuchaban a Jesús, y no lo aceptaban o lo criticaban y buscaban cómo condenarlo, interpretaban sus palabras muy concretamente. Pastor era lo mismo que decir rey, autoridad. Dios ha dado un pastor a su pueblo, dice la Escritura cuando David es ungido. Hasta el emperador Ciro es llamado pastor.
Jesús afirma que quienes vinieron antes que él fueron malos pastores, o mejor dicho ladrones que esquilmaron a las ovejas. Sus enemigos le piden que diga si es el Mesías, con lo cual declaran que han entendido muy bien que Jesús se presenta como Pastor con todas las implicaciones, hasta las políticas. Eso y decir que era una sola cosa con el Padre tuvo como resultado que los judíos juntaron piedras para liquidarlo…
Pero Jesús ni por lejos pensaba en un reinado de este mundo… Es él el que da la vida por sus ovejas… Los grandes de este mundo exigen que las ovejas den la vida por ellos.
Casi siempre, cuando pensamos en pastores, imaginamos a obispos, sacerdotes y al mismo Papa. Pero si meditamos este evangelio, nos daremos cuenta de que todos los cristianos somos pastores: los padres, los maestros, los hermanos, los catequistas, los religiosos… Todos somos guías, los unos de los otros. Todos somos siervos, los unos de los otros. Dar la vida, no por dinero o fama, sino por amor a las ovejas. Eso es lo que distingue al buen pastor de los pastores de oficio y rentados.
En este día, jornada mundial de oración por las vocaciones, recordemos que, para seguir al Señor, hay que estar enamorados de él y de las ovejas. Es una manera muy concreta de pensar y rezar por las vocaciones. También nos ayudará a comprender a los que deciden consagrar su vida por amor sin esperar nada a cambio.
“Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen”, (Jn 10, 27)
P. Aderico Dolzani, ssp.
Guía: La figura de Jesús, Buen Pastor, llena la liturgia de hoy. Es una invitación a orar por nuestros pastores que guían las comunidades eclesiales, y por quienes colaboran con ellos a la evangelización y la catequesis, para consolidar una Iglesia viva y misionera.
Guía: Lucas nos presenta la primera misión de Pablo y Bernabé. Rechazados por los judíos, se dirigen con éxito a los paganos, pues éstos acogen el evangelio.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En aquellos días: Pablo y Bernabé continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Éstos conversaban con ellos, exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios. Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios. Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron: “A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra del Señor, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. Así nos ha ordenado el Señor: ‘Yo te he establecido para ser la luz de las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra’”. Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región. Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta Él con cantos jubilosos. R.
Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones. R.
Guía: La innumerable Iglesia del cielo –compuesta de gente de toda raza, lengua, pueblo y nación– ha pasado por la tribulación y ahora goza ante el Cordero de Dios.
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano. Y uno de los Ancianos me dijo: “Éstos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono extenderá su carpa sobre ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos”.
Palabra de Dios.
Aleluya. “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”, dice el Señor. Aleluya.
Guía: El breve texto de hoy pone de relieve la sintonía entre Jesús, Buen Pastor, y los suyos, como también la identificación perfecta de Jesús con el Padre: “El Padre y Yo somos uno”.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo: Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y Yo somos una sola cosa.
Palabra del Señor.
Guía: Hoy ofrecemos, junto al pan y al vino, los sufrimientos, los obstáculos, las pruebas y los logros de nuestros pastores; ofrecemos, también, los proyectos pastorales, en los cuales comprometemos nuestra colaboración.
Guía: Al recibir a Jesús, recordemos: Ha resucitado el Buen Pastor, el que ha ofrecido la vida por nosotros. No hay otro camino para corresponder a eso sino con una generosa entrega a los hermanos.
Guía: Salimos del templo con un real compromiso de unidad: juntos con nuestros pastores formamos la única Iglesia de Jesús. Bajo su conducción, con la fuerza del Espíritu Santo, caminamos hacia el Padre.