4º de Adviento. Morado. Credo. Prefacio de Adviento.
No se dice Gloria.
La tentación de José
El evangelio presenta a José con dificultades para entrar en la órbita del misterio de la cercanía histórica de Dios. La interpretación más piadosa nos muestra a José muy respetuoso. Piensa que no le corresponde papel alguno en este gran acontecimiento. Todos corremos el riesgo de caer en la tentación de José: hacernos a un lado.
Cuando el ángel le comunica esa cercanía histórica de Dios, que ya habita en el seno de María, su esposa, se desequilibra. No es para menos. Que, en el misterio de la Navidad Dios cuente con él, es un dato tan inesperado como increíble.
El evangelio presenta a José como un hombre “justo”, que, en el lenguaje bíblico, quiere decir “santo”. Puede, según la ley, pedir el divorcio de María, denunciarla por adulterio, hasta proponer que la apedreen por traicionarlo con otro hombre. Pero no lo hace. José es “santo” antes que el Ángel le revele el misterioso nacimiento que se gestaría en María, su esposa. José prefiere perjudicarse él para no herir a la mujer amada.
María entra en escena casi en silencio, con la ternura de una embarazada primeriza, que no sabe explicarse cómo la nueva vida que concibió se abrigó en su seno. Como nosotros, no tiene explicaciones biológicas ni científicas. Pero es un dato de la vida para ella, y de la revelación para nosotros.
El Ángel viene en ayuda del hombre justo, también casi sin hacerse notar, en sueños, o en una aparición. Lo suficiente como para no dejar dudas en José. El personaje más importante, el que ni está en nuestros pesebres, es el Espíritu Santo, de quien proceden todo bien y toda gracia.
Parecería que de tanto escuchar el relato y celebrar la Navidad, se nos hiciera difícil enfocar la realidad de lo que aconteció y del misterio que celebramos. Los personajes que presenta el evangelio son todos “justos”, es decir, “santos”, capaces de ver lo que los “injustos” no logran ver porque el Espíritu no está en ellos.
La Navidad se acerca, por obra y gracia del Espíritu Santo. No caigamos en la tentación de José de hacernos a un lado y dejémonos invadir por esta buena noticia.
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel” (Mt 1, 23).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: En la liturgia de hoy nos encontramos con la Virgen María y san José, el hombre “justo”, que juegan un rol decisivo en el plan de la salvación. Dios se revela en la historia como “el Emanuel” -Dios con nosotros-; esto, a su vez, encuentra en Jesús su plena realización.
1ª LECTURA Is 7, 10-14
Guía: La liturgia aplica el texto del profeta a Jesús que nacerá de la Virgen María y, a su vez, ensalza el poder de Dios.
Lectura del libro de Isaías.
El Señor habló a Ajaz en estos términos: «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas.» Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor». Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel».
Palabra de Dios.
SALMO Sal 23, 1-6
R. Va a entrar el Señor, el rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes porque Él la fundó sobre los mares, El la afirmó sobre las corrientes del océano. R.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos. R.
Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador. Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. R.
2ª LECTURA Rom 1, 1-7
Guía: Jesús es el centro del evangelio, es decir, de la buena noticia de la salvación. A él le debemos la adhesión de una fe obediente y responsable.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que Él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne, y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador, por su resurrección de entre los muertos. Por Él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos, entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por Jesucristo. A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, lleguen la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 1, 23
Aleluia. La virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, Dios con nosotros. Aleluia.
EVANGELIO Mt 1, 18-24
Guía: El evangelista, al relatarnos el nacimiento de Jesús, nos muestra que es Dios quien guía la historia de la salvación. En ella, sin embargo, quiere la cooperación humana.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella pro viene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: «Dios con nosotros». Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: En la cercanía de la Navidad, con los dones del pan y del vino, ofrecemos sobre el altar los sufrimientos de la gente, sus angustias, sus aspiraciones de paz y de solidaridad: de un mundo mejor.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: La comunión con el cuerpo de Cristo debe comprometernos a colaborar en el plan de Dios que se revela y realiza en la historia cotidiana del mundo.
DESPEDIDA
Guía: Termina el tiempo litúrgico de Adviento, pero la vida del cristiano es toda un adviento: espera y revelación de ese Jesús que ha venido a salvar; que pide nuestra cooperación para seguir salvando a los hombres.