4º de Pascua. Blanco.
Gloria. Credo. Prefacio de Pascua. Jornada Mundial de oración por las vocaciones.
Las ovejas y el Buen Pastor
Cuando Juan escribe su evangelio, la comunidad cristiana ya había conocido varias persecuciones, crisis internas con traiciones y divisiones, conflictos y dificultades. Algunos pensaban que podían repensar el mensaje y el evangelio de Jesús.
Juan, el discípulo amado, reacciona y nos transmite el espíritu del Señor. Podemos imaginar, cuantas veces al día, Juan hacía memoria de las palabras y gestos de Jesús. Veía el presente de las comunidades a la luz de su experiencia con el Resucitado.
“Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen”. Poca gente pone atención en la distinción entre oír y escuchar. Oímos todo lo que llega a nuestro sentido, pero escuchamos lo que amamos, apreciamos y nos interesa. Algunas veces nos decidimos, como dice el evangelio: seguimos esa voz, obedecemos en nuestro interior, con la mente y el corazón.
Oímos desde el vientre materno y distinguimos si nos hablan con cariño o con enojo. Al crecer nos hacemos más selectivos y decidimos a quien oír y escuchar. Descartamos a quienes nos gritan y retan aunque a veces tenemos que soportar.
Es fácil responder bien cuando nos hablan bien. Como nos habla el buen pastor, Jesús.
Hoy, Juan nos dice que Jesús, el buen Pastor, solo tiene palabras buenas y que sus ovejas lo escuchan y siguen. Es más, entre ellas y el pastor nace una unidad que no se romperá jamás porque tiene el sello divino de la fidelidad.
“Yo las conozco y ellas me siguen”. Para la Biblia “conocer” es tener una experiencia, percibir, encontrarse. Cuando un hombre y una mujer se conocen nace un bebé.
Jesús me conoce y yo lo conozco cuando él sabe lo que pasa en mí y yo sé lo que pasa en él. Si los cristianos nos reconocemos, en el Buen Pastor, no podemos dividirnos y tener conflictos. Para Juan, cuando esto sucede, hay ovejas que no van detrás del Buen Pastor.
“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”, (Jn 10, 27).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Este cuarto domingo de Pascua, se lo conoce como el domingo de Jesús, Buen Pastor. De esta figura, la Iglesia celebra hoy la Jornada Mundial de oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas. En el evangelio encontraremos a Jesús, el Buen Pastor, que escucha y cuida de los suyos, él es el único modelo de cuantos cuidan al Pueblo de Dios.
1ª LECTURA Hech 13, 14. 43-52
Guía: Lucas nos presenta la primera misión de Pablo y Bernabé. Al ser rechazados por la comunidad judía, se dirigen ahora a los paganos, quienes sí acogen con alegría el evangelio.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En aquellos días: Pablo y Bernabé continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Estos conversaban con ellos, exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios. Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios. Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron: “A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra del Señor, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. Así nos ha ordenado el Señor: ‘Yo te he establecido para ser la luz de las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra’”. Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región. Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo. Palabra de Dios.
SALMO Sal 99, 1-3. 5
R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta Él con cantos jubilosos. R.
Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones. R.
2ª LECTURA Apoc 7, 9. 14-17
Guía: La innumerable Iglesia del cielo –compuesta por personas de todas las razas, lenguas, pueblos y naciones– ha llegado hasta allí luego de haber pasado por muchas tribulaciones. Y ahora goza en el Reino de Dios.
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi una enorme muchedum-bre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano. Y uno de los Ancianos me dijo: “Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono extenderá su carpa sobre ellos: nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor. Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos”. Palabra de Dios.
ALELUIA Jn 10, 14
Aleluia. “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”, dice el Señor. Aleluia.
EVANGELIO Jn 10, 27-30
Guía: San Juan pone de relieve la sintonía entre Jesús, el Buen Pastor, y aquellos que lo siguen, a imitación de la unidad existente entre Jesús y el Padre.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo: Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y Yo somos una sola cosa. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Junto al pan y al vino, ofrecemos los sufrimientos, los obstáculos, las pruebas y los logros de nuestros sacerdotes; con ellos ofrecemos, también, los proyectos pastorales, los cuales comprometen nuestra colaboración.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Recordemos que el Buen Pastor, que ha ofrecido su vida por nosotros, ha resucitado y, ahora, podemos comulgar con él para comprometernos generosamente con los hermanos.
DESPEDIDA
Guía: Luego de celebrar a Jesús, Buen Pastor, salimos dispuestos a trabajar junto con nuestros pastores, ya que con ellos formamos la única Iglesia de Jesús. Bajo su conducción, y con la fuerza del Espíritu Santo, caminamos hacia el Padre.