33° durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Todos los habitantes de Jerusalén, y especialmente los sacerdotes, estaban orgullosos de su Templo reconstruido hacía pocos decenios. Estaban muy apegados a ese edificio sagrado e imponente porque les daba la sensación de estar junto a Dios. Materializaba el lugar de su presencia. Pensar que el Templo podía desaparecer, era como pensar que podría desaparecer la presencia de Dios de en medio de su pueblo y romperse la alianza con Dios.
Jesús, en cambio, anunció que ese Templo se iba a destruir totalmente. Era un anuncio tremendo, más que decir ahora que de alguna de nuestras hermosas basílicas, en poco tiempo, no quedará piedra sobre piedra.
En cuanto al momento en que se cumpliría este anuncio, Jesús no lo determinó. Sólo dijo que sería pronto y pronosticó, además, guerras y pestes, pero no el fin.
Quizá, por la mente de los discípulos, pasaba la idea que esos avisos eran para los otros y, precisamente, para los habitantes de Jerusalén. No obstante, Jesús comunicó algunos pormenores también para ellos: persecuciones, cárceles y sufrimientos; y algo, tal vez más doloroso: la traición de los familiares más íntimos y el desprecio a causa de la fe.
De todo este anuncio tremendo queda clara una sola cosa: no hay nada seguro, todo es provisorio. Sólo la fe en Jesús es eterna y es la única salvación.
Perseverar en la fe es la única manera de salvar la vida. Para lograr eso, debemos tener conciencia de que todo lo demás, hasta los afectos más queridos, son realmente provisorios.
Tres promesas de Jesús para tiempos de crisis: Yo les daré palabras… No perderán un cabello de su cabeza… Con su perseverancia ganarán la vida.
La fe no nos ahorra el sufrimiento, pero nos da la vida. La fe no nos ahorra el cansancio ni los problemas, pero les da sentido. La fe no nos dice el cuándo sucederá el fin, pero nos empuja a caminar. La fe es para vivir el hoy. Para mañana, sólo el amor…
“Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por parientes y amigos” (Lc 21, 16).
P. Aderico Dolzani, ssp.
Guía: La palabra de Dios que hoy nos reúne nos cuestiona sobre el problema final del mundo y del hombre. En vez de abandonarnos a la tristeza, hoy nos abandonamos confiados en las manos del Señor. Queremos esperarlo con fe, con confianza y con amor.
Guía: El profeta anuncia que, en el último día, los impíos serán condenados, mientras que los justos brillarán como el sol.
Lectura de la profecía de Malaquías.
Llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos.
Palabra de Dios.
R. El Señor viene a gobernar los pueblos.
Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey. R.
Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes; aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono. R.
Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra; Él gobernará el mundo con justicia, y los pueblos con rectitud. R.
Guía: Pablo enseña la necesidad del trabajo, para comer dignamente el pan que se ha ganado; y se pone a sí mismo como ejemplo.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Hermanos: es ordenamos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar. En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo nada y entro metiéndose en todo. A éstos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.
Palabra de Dios.
Aleluia. Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. Aleluia.
Guía: Jesús amonesta a sus discípulos a no dejarse desalentar por las oposiciones, obstáculos y persecuciones. Si son fieles hasta el fin, Dios los salvará.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?» Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: “Soy yo”, y también: “El tiempo está cerca”. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin». Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo. Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas».
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con los dones del pan y del vino, dones de Dios y fruto del trabajo humano, renovamos nuestro compromiso de trabajar, con entrega total, en la construcción del Reino.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Acompañamos a Jesús que ha venido a nosotros en los signos del pan y del vino, con la reflexión del Salmo: “Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio” (Sal 72).
DESPEDIDA
Guía: Salgamos de nuestra celebración con una vida renovada y que eso se manifieste en una relación distinta con la gente: acogida, paz, ayuda, especialmente con los más pobres y necesitados.
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