Prefacio de Pascua.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos. Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades. Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé –que quiere decir hijo del consuelo–, un levita nacido en Chipre que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los Apóstoles. Palabra de Dios.
Comentario: La comunidad descrita se presenta como una comunidad “modelo”, cuya preocupación o foco de atención está puesto en el “compartir”. Al unísono aparece la persona de Bernabé, que es también un “modelo” de discípulo, pues él ha vendido sus bienes y lo ha dispuesto todo para la comunidad. Sin duda que el acto de compartir ha de ser libre y con alegría, poniendo la seguridad en el devenir de la propia comunidad.
R. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!
¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás! R.
Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos. R.
Aleluia. Es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a Nicodemo: “Ustedes tienen que renacer de lo alto. El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu”. “¿Cómo es posible todo esto?”, le volvió a preguntar Nicodemo. Jesús le respondió: “¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna”. Palabra del Señor.
Comentario: Nicodemo aprecia a Jesús, pero aún no ha comprendido que es amar al Señor en Espíritu y en Verdad. En efecto, no quiere, por ejemplo, perder su condición de líder ni menos sus privilegios. Porque no basta con saber quién es Jesús o de dónde proviene. El anuncio del Evangelio implica actuar en favor de la vida, actuar con la verdad y no vivir de acuerdo con los intereses de los grupos dominantes de la sociedad.