26º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Día de oración por Chile.
Vemos en el evangelio que Jesús tocó muchas veces el tema de la relación del hombre con los bienes de este mundo. El domingo pasado, el Señor alababa al administrador infiel por su capacidad de hacerse un futuro con las riquezas perecederas y nos enseñaba a tener la misma lucidez para manejar los bienes del cielo…
Esta vez la enseñanza es para los discípulos, los que habían abandonado todo por él… Pero seguían cultivando algún interés no del todo celestial, como un buen puesto en su Reino.
La parábola del rico sin nombre y del pobre Lázaro que sí tiene nombre muestra cómo las riquezas endurecen el corazón cuando se aprecian como el medio para el goce ególatra que encierra a la persona en sus bienes. Llamar por el nombre es reconocer, y lo contrario es ignorar, pero, en la boca del Señor, este detalle va mucho más allá de lo que nosotros somos capaces de pensar.
Jesús nos hace ver cómo los perros manifiestan más sensibilidad que el rico. Hasta se podría decir que el envanecido se coloca algún escalón por debajo de los animales, que, a veces, sí tienen nombre.
Según el evangelio, la riqueza no se mide con los métodos de los contadores, sino con la capacidad de ver al otro, de no ignorar al pobre. Rico es quien no posee ojos ni corazón para ver los sufrimientos físicos y también los espirituales o los morales de la gente que lo rodea.
Rico es quien no quiere ver la situación material y espiritual de sus hermanos. Vive cómodo y se piensa justificado en su fe porque practica su religión diariamente, pero también egoístamente.
La parábola termina diciendo que hay un abismo entre el rico y el pobre Lázaro. Un abismo que fue construido en este mundo. Es un peligro que nos acecha a todos, independientemente de las deudas que nos afligen o de los bienes que nos aseguren una vida más que digna.
“Entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo” (Lc 16, 26)
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: El Señor nos invita hoy a compartir la mesa de la palabra y de la eucaristía. Dispongámonos a celebrar con alegría y provecho esta acción de gracias en compañía con nuestra comunidad.
Guía: Dura invectiva del profeta contra los ricos lujuriosos de su tiempo. Su vida frívola y disipada preludia su ruina y la del pueblo de Israel.
Lectura de la profecía de Amós.
¡Ay de los que se sienten seguros en Sión! Acostados en lechos de marfil y apoltronados en sus divanes, comen los corderos del rebaño y los terneros sacados del establo. Improvisan al son del arpa, y como David, inventan instrumentos musicales; beben el vino en grandes copas y se ungen con los mejores aceites, pero no se afligen por la ruina de José.Por eso, ahora irán al cautiverio al frente de los deportados, y se terminará la orgía de los libertinos.
Palabra de Dios.
R. ¡Alaba al Señor, alma mía!
El Señor hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama a los justos. R.
El Señor protege a los extranjeros, sustenta al huérfano y a la viuda y entorpece el camino de los malvados. R.
El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. R.
Guía: Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a tener una conducta digna de su cargo de pastor, a ejemplo de Jesús.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.
Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos. Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A Él sea el honor y el poder para siempre! Amén.
Palabra de Dios.
Aleluia. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluia.
Guía: Con la parábola del rico epulón y del pobre Lázaro, Jesús retrata para nuestra enseñanza el fin diverso al cual llegan los ricos sin entrañas y el pobre que confía en la misericordia de Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: «Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan». «Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí». El rico contestó: «Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento». Abraham respondió: «Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen». «No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán». Pero Abraham respondió: «Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán».
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El pan y el vino que ofrecemos, dones en los que Cristo se hará presente, sean signo de nuestra adhesión, incluso en el sufrimiento, a la voluntad de Dios.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: En la comunión con Jesús, reflexionamos sobre las palabras de Juan: “En esto hemos reconocido el amor de Dios: Él ha entregado su vida por nosotros, y también nosotros debemos entregarla por nuestros hermanos.
DESPEDIDA
Guía: Cristo ha estado entre nosotros, nos ha alimentado con su palabra, edificado con sus ejemplos y vivificado con su cuerpo y sangre; volvamos a nuestras actividades y compartamos con todos esta alegría.